MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

La elección de rector en la UABC
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm 395 [2010-11-25]
 

Lo que parecía ser una renovación rutinaria del puesto de rector en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) se ha complicado hasta el punto de rebasar, como fenómeno político, los linderos del campus universitario. Está previsto que el próximo 6 de diciembre el nuevo rector tome posesión. Hay tiempo, pero se está agotando y los once notables que integran la Junta de Gobierno (JG) no han pronunciado una decisión. Una de dos: o al seno de JG no se ha alcanzado el consenso necesario para definir la conclusión del proceso, o bien el resultado ya está definido y se aguarda el momento más propicio para comunicar el resultado.

En la UABC, tal y como ocurre en la mayoría de las universidades autónomas del país, por cierto no en todas, la JG es la instancia política de mayor peso en la articulación del gobierno académico. Su función decisoria en las entidades académicas universitarias puede operar como el elemento aglutinador de las cadenas de mando académico, o bien ser un factor de balance que previene la formación de hegemonías o dinastías en el control institucional. Por ello, se dice, quien controla la Junta controla la universidad.

El modelo es políticamente delicado: la JG elige a las autoridades unipersonales, quienes forman parte de los consejos universitarios en donde se toman las decisiones relevantes para la marcha académica de las instituciones. La pluralidad y legitimidad de las juntas resultan ser, en este esquema, los elementos cruciales para que la gobernabilidad académica sea el caso. ¿Qué ocurre cuando las JG son coptadas al extremo de impedir el equilibrio de intereses académicos?. Generalmente una separación entre autoridades y comunidades, lo que a la postre tiene efectos negativos en la vitalidad institucional.

En la coyuntura de la UABC el riesgo de ingobernabilidad no ha estado ni parece estar presente. Varios colectivos académicos, entre los que destaca, por su visibilidad pública, el articulado en torno del Observatorio Académico Universitario (OAU), han manifestado su inconformidad con el proceso sucesorio básicamente por dos razones. Véase: http://red-academica.net/observatorio-academico/.

La primera, que es la principal en el proceso, remite al peso político de uno de los integrantes de la JG, el ex rector Alejando Mungaray Lagarda. Además de haber sido rector de la UABC, condición que comparte con otros dos integrantes de la JG, Mungaray es actualmente secretario de Desarrollo Económico de Baja California. La Ley Orgánica de la universidad no prohíbe la participación en la JG de altos funcionarios de la administración pública estatal, ni es un caso excepcional dentro de la normativa universitaria del resto de los estados. Sin embargo, insisten los críticos, para una universidad autónoma no es el mejor escenario. La segunda razón es la opacidad de las deliberaciones y decisiones de la JG. La comunidad se entera de los resultados del proceso pero no de las razones que conducen a determinada decisión.

La expresión pública de estos cuestionamientos ha tenido eco en la comunidad académica de la UABC. Aunque siendo objetivos, la vertiente crítica no es masiva, ni mucho menos. Pero el principal influjo de esta posición ha ocurrido, esto es lo novedoso, en el Congreso del Estado. Los legisladores bajacalifornianos han emitido ya dos puntos de acuerdo sobre la renovación de la rectoría en la UABC, en ambos casos pronunciándose en contra de la posible participación del doctor Mungaray en la toma de decisiones de la Junta.

El primer pronunciamiento, emitido el pasado 9 de noviembre con voto de consenso de la legislatura estatal, se limitaba a la siguiente expresión: “se exhorta al titular del Poder Ejecutivo del estado de Baja California, a fin de girar instrucciones a su secretario de Desarrollo Económico, Alejandro Mungaray Lagarda, para que se abstenga de participar en el proceso de selección del rector de la Universidad Autónoma de Baja California”.

El gobernador del estado, José Guadalupe Osuna Millán (PAN) se abstuvo de pronunciarse en torno a ese exhorto, y el aludido integrante de la JG se limitó a señalar que no renunciaría al colegiado.

El segundo pronunciamiento, aprobado el 16 de noviembre, conmina tanto a la JG como al rector en funciones a que “por todos los medios universitarios a su alcance, entre los que se incluye acudir al titular del Poder Ejecutivo estatal, hagan que el secretario de Desarrollo Económico, Alejandro Mungaray Lagarda, se abstenga de participar en el proceso de elección de rector de la Universidad Autónoma de Baja California para el periodo 2010-2014.” El documento solicita a las autoridades universitarias a “informar a esta soberanía en un plazo de tres días hábiles, si aceptan de buena fe los exhortos emanados del Pleno del Congreso del estado, o en su caso, expresen las razones que tengan para no hacerlo”.

Desde una óptica autonomista es desde luego cuestionable la actitud del congreso estatal. Formalmente la operación de las JG es un elemento indisociable de la autonomía universitaria porque hace parte del gobierno institucional, y mal haría la UABC en ceder a las presiones del legislativo estatal.

Sin embargo, tanto la posición de los académicos críticos, como también la postura de los legisladores prefiguran una opción: modificar la Ley Orgánica de la UABC (lo que está en manos del congreso estatal) para que la JG se ciña a supuestos de mayor autonomía, transparencia y rendición de cuentas. Si esto consiguen los académicos de la UABC inconformes con la actual fórmula de gobierno habrán ganado a largo plazo. Aunque mañana pierdan la elección.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter