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Perdimos otra década
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 351 [2010-01-07]
 

Ni siquiera la expectativa por la doble celebración histórica que tendremos este año parece suficiente para ser optimistas. Más bien la escala de la historia nos devuelve la imagen de las oportunidades perdidas, la ignominia y los equívocos, sea en centurias o en décadas. El horizonte promisorio que se asoma al cambio de siglo, de década o de administración, se vuelve alejar cuando ya estamos por tocarlo. Sí, parece un movimiento simétrico interminable. Así ha sido en el México independiente, en el posrevolucionario, en el del milagro económico o en el modernizado.

Al inicio de la primera década de este siglo, espoleado por el cambio de milenio y con las transiciones en marcha, parecía que, finalmente, una vez más, estaríamos en la senda del crecimiento económico y el bienestar social. No fue así. Las expectativas de la entonces naciente década se estrellaron con los duros indicadores al final de la administración de Vicente Fox: la tasa promedio de crecimiento anual del PIB fue de un decepcionante 2.3 por ciento; la tasa de desempleo abierto comenzó con 2.2 por ciento y concluyó con 3.6 por ciento; el rezago educativo apenas disminuyó (pasó de 32 a 30 millones de personas sin concluir su educación básica); el desempeño de los jóvenes mexicanos de 15 años en las pruebas PISA de la OCDE los colocó en las últimas posiciones; en la ley se dijo que se alcanzaría una inversión de 8 por ciento del PIB en educación y 1 por ciento en ciencia y tecnología, pero en los hechos el nivel de inversión no modificó significativamente su tendencia y se mantiene alejado del porcentaje marcado en la ley, por ejemplo.

Después, la actual administración, al iniciar su ejercicio, colocó a la competitividad y el empleo como sus principales apuestas. Tampoco ha logrado su cometido. La tasa de desempleo avanzó dos puntos porcentuales y México descendió de la posición 52 a la 60 en el índice de competitividad global en el periodo. Las razones, se ha dicho, se pueden localizar en múltiples factores, desde el flanco abierto para enfrentar el grave problema de seguridad pública hasta la crisis económica global que comenzó a mediados de 2008.

Lo cierto es que la primera década de este siglo quedó atrás y las promesas de mejora otra vez se han diferido. Peor aún, no queda claro cuándo superaremos los efectos de la más reciente crisis. La mayor parte de analistas económicos han coincidido que la parte más complicada ya pasó y que en este año comenzará plenamente la recuperación. Pero también han coincidido en que México, en la región latinoamericana, es el país con el manejo más deficiente de la crisis y el mayor descalabro económico.

No solamente se trata de las opiniones emitidas por un especialista económico como Joseph Stiglitz, quien hace un par de meses dijo que México, en el mundo, había tenido el peor desempeño en el manejo de la crisis, la misma CEPAL ya había hecho notar las diferencias en la región y las posibilidades de los distintos países para enderezar su rumbo económico. Brasil aparecía en un extremo y México en el otro.

El reporte de la CEPAL (Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2009), publicado el mes pasado, sorprende al indicar que la recuperación en la región llegará más pronto de lo que cabría esperar. Desafortunadamente, también confirma las diferencias por país y el horizonte que nos aguarda.

Según el balance que realiza la CEPAL, el efecto de la crisis fue muy grave entre el final de 2008 y el comienzo de 2009, pero a partir del segundo trimestre del año pasado comenzó la recuperación y se generalizó hacia la mitad del año. En general, señala que la disminución estimada del PIB en la región será de 1.8 por ciento para 2009.

No obstante, las diferencias son notables. México, con un crecimiento (negativo) de -6.7 del PIB es el país con la mayor caída económica en toda la región. Bolivia y Paraguay, con una disminución de -3.5, son los países que más se le acercan. Por el contrario, Argentina, Brasil, Colombia o Perú, con una baja de menos de un punto porcentual, son los países que menos sufrieron los efectos de la crisis.

Una situación similar se espera para las proyecciones de crecimiento en este año. Se estima que el PIB de la región, en su conjunto, crecerá alrededor de 4.3 por ciento. Sin embargo, el crecimiento en América del Sur será mayor, comandado por Brasil, con 5.5 por ciento, seguido por Uruguay, Perú, Chile y Bolivia.

La estimación de crecimiento para este año de México es de 3.5 por ciento, en buena medida por el repunte de la economía estadunidense. El cálculo es que apenas en 2011 se podría alcanzar un nivel de actividad como el que se tuvo hace tres años. En parte porque la inflación que se espera (conservadoramente) para este año será de alrededor de 5 por ciento, por el aumento de nuevos impuestos como el 3 por ciento para telecomunicaciones, el incremento de 28 a 30 por ciento del ISR o el IVA de 15 a 16 por ciento. Bueno, de todas formas, feliz año y esperemos 2020.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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