MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

¿Cuáles números?
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 211 [2007-02-08]
 

Tenemos décadas tratando de establecer cifras creíbles, fidedignas y elementales de casi todo. Desde el número de habitantes que somos en este país --recuérdese la polémica por la discrepancia entre las proyecciones del año 2000 del Consejo Nacional de Población y los resultados del II Conteo de Población y Vivienda 2005--, hasta el número de votos para los puestos de elección popular. Como país hemos avanzado, y mucho en los últimos años, en el establecimiento de grandes sistemas de información y de indicadores nacionales; también de instituciones más confiables y profesionalizadas. En el sector educativo el Instituto Nacional de Evaluación para la Educación, creado apenas en el 2002, es un ejemplo relativamente reciente del caso. Desafortunadamente todavía estamos lejos de alcanzar certidumbre en algunas cifras elementales.

Un caso emblemático es la fuga de talentos, para no reiterar sobre la ambigüedad en el número de plazas-profesores, la discordancia entre tasas de cobertura que Roberto Rodríguez ha documentado en estas mismas páginas o el complicado tema de los dineros y su distribución.

En diferentes oportunidades hemos señalado que no contamos con información confiable sobre el número de personas con altos niveles de escolaridad que abandonan o no regresan al país. Las estimaciones, cuando las hay, han corrido por cuenta de los países receptores, sobre todo porque tienen sistemas de información relativamente amplios y también porque el asunto forma parte de sus preocupaciones. Un ejemplo típico es Estados Unidos. Otros cálculos se deben a los organismos internacionales, cada vez más atentos a los fenómenos emergentes, a la regulación de los sistemas y a tratar de orientar la agenda de discusión.

Los resultados de unos y otros han dejado en claro que para los emigrantes latinoamericanos, los Estados Unidos es el mayor polo de atracción, aunque en los últimos años también figuran con números relevantes Europa, Canadá e incluso Japón. También se ha establecido que los patrones de migración se han transformado y uno de los problemas más acuciantes para los países con menores niveles de desarrollo es la emigración de su población más calificada; son pocos los que alcanzan a cursar estudios superiores y la mayoría se van a buscar un mejor porvenir. La cuestión es que en los países de origen, incluido el nuestro, no existen datos precisos sobre la dimensión del problema.

El problema no es de ahora. En México, al comienzo de los años 80s, se reconocía la ausencia de información, pero venturosamente se suponía que, ni en términos absolutos ni relativos, era elevado el número total de posgraduados que habían emigrado hacia otros países (Programa Nacional de Desarrollo Tecnológico y Científico 1983-1988: 64).

Un estudio del año pasado señalaba que alrededor del 13 por ciento de la fuerza laboral de México con estudios profesionales había emigrado a Estados Unidos (Çaglar Özden. "Brain Drain in Latin America"). La fuente de información era una muestra del censo de Estados Unidos del 2000 y, como se entenderá, se trataba de una cifra aproximada.

Otro estudio de diciembre del año pasado indicaba que el nivel educativo de los emigrantes mexicanos era ligeramente mayor que el de los que se quedaban (A. Escobar y S. Martin. "La gestión migratoria México - Estados Unidos: Un enfoque binacional"). Las cifras que proporciona muestran que se trata de una pérdida muy importante y es más acentuada en las mujeres. Sus cálculos son que el 19 por ciento de los varones mexicanos y el 29 por ciento de las mujeres, ambos del total con maestría, están en Estados Unidos. En el caso de los que tienen doctorado la proporción se incrementa a 32 y 39 por ciento, respectivamente.

Otras cifras, ligeramente superiores, son las que acaba de indicar el Subsecretario de Educación Superior de la SEP, Rodolfo Tuirán, un destacado demógrafo (Diario Monitor 29/0107: 4). El ahora funcionario señaló que en Estados Unidos trabajan 500 mil mexicanos que realizaron estudios de licenciatura y posgrado. Además, agregó, esto quiere decir que son 1 de cada 5 profesionales, 2 de cada 3 de maestría y 1 de cada 2 de doctorado. Se entiende que la proporción es respecto de los recursos calificados que se quedaron en México y aunque no dijo cuáles son sus bases de cálculo, las cifras son sorprendentes.

En definitiva, la emigración de personas con mayores niveles de calificación va en aumento, pero solamente tenemos aproximaciones a las dimensiones que alcanza en México. Los flujos migratorios no son recientes y la exactitud del dato puede no ser lo más relevante del caso. Sin embargo, en éste como en otros temas fundamentales para el país, falta precisar la línea base sobre la que se edifican las acciones. No podemos seguir en los supuestos, adecuando las cifras a conveniencia o alimentando el escepticismo y la desconfianza de todos.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter