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Fordecyt
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 310 [2009-02-26]
 

Hace menos de un mes indiqué en este espacio que esta administración, en lo que concierne al sector científico y tecnológico, había optado por dirigir recursos adicionales a través de nuevos fondos y programas especiales. No es ninguna sorpresa, es un camino recurrente en los cambios de administración: es el margen de maniobra que tienen para salvar escollos y compromisos previos. Sin embargo, tal vez el punto más delicado es si los nuevos programas sustituyen, disputan o convergen con los anteriores que ya estaban en operación.

El pasado 17 de febrero, las autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) anunciaron la constitución de un fondo más: el Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt, otras siglas más que se unirán a las decenas que ya existen en el sector). El presupuesto para este fondo es modesto: 500 millones de pesos, sobre todo si se compara con los recursos destinados al apoyo directo para empresas y al de innovación tecnológica.

El director adjunto de desarrollo regional y sectorial del Conacyt, Jorge Alberto Romero Hidalgo, dice que el nuevo fondo servirá para “promover acciones científicas, tecnológicas y de innovación de alto impacto, y la formación de recursos humanos especializados que contribuyan al desarrollo regional, a la colaboración e integración de las regiones del país y al fortalecimiento de los sistemas locales de ciencia, tecnología e innovación” (comunicado 13/09 17/020/2009).

Según el mismo Conacyt, el Fordecyt va dirigido a instituciones, universidades públicas y/o particulares, centros, laboratorios, empresas públicas y privadas dedicadas a la investigación científica y tecnológica y desarrollo tecnológico, pero todas ellas deben estar inscritas en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt).

Es decir, el nuevo fondo, prácticamente, tiene la misma finalidad y los mismos destinatarios que lo establecido para los fondos mixtos. Estos últimos, como seguramente lo recuerda el lector, están en marcha desde 2002. De acuerdo con la ley de ciencia y tecnología, los fondos mixtos se establecen a través de convenios celebrados entre el Conacyt, los gobiernos de las entidades federativas y de los municipios para apoyar la investigación científica y tecnológica, y también pueden “incluir la formación de recursos humanos de alta especialización” (artículo 35). Además, los beneficiarios de los fondos mixtos, casi con idénticas palabras, son los mismos a quienes se dirige el nuevo fondo. Entonces, ¿cuál es la diferencia?

Al parecer, la principal diferencia es que el nuevo fondo otorgará recursos principalmente para infraestructura y equipamiento de instalaciones dedicadas a actividades científicas y tecnológicas que tengan un impacto regional (por ejemplo: ¿los parques y los consorcios que ahora están en proyecto?). Seguramente por esta razón las autoridades del sector dicen que la reciente iniciativa es complementaria a los esfuerzos de federalización y descentralización realizados a través de los fondos mixtos.

No obstante, tal vez la diferencia más relevante es que el nuevo fondo solamente cuenta con aportaciones financieras del Conacyt; no participan financieramente las regiones, las entidades federativas y menos los municipios. Es decir, es un programa que depende sólo de la federación y al parecer se dirige a fortalecer las capacidades en materia de infraestructura de los estados.

Por ahora son limitados los recursos que se canalizarán a través del nuevo fondo y no se sabe si esta situación cambiará. Su presupuesto de 500 millones de pesos es realmente poco significativo frente a los más de 15 mil millones de pesos que manejará centralmente el Conacyt en este año o los 2 mil 500 millones de pesos con los que se apoyará directamente a las empresas. No obstante, no hay duda de que algo de esos recursos puede hacer la diferencia para que arranque o no un proyecto en las entidades federativas.

En fin, todo parece indicar que la reciente iniciativa es convergente y complementaria con los proyectos que promueven los fondos mixtos, aunque sin las complicaciones de las reglas de operación y las dificultades de coordinación de estos últimos. Sin embargo, hay dos aspectos que llaman la atención. Uno, el nuevo fondo no estaba cuando se diseñó el Presupuesto de Egresos de la Federación de este año. Por tanto, ¿de dónde sale el dinero para su operación? Dos, tampoco aparece claramente en el reciente programa sectorial. Por supuesto, este último, al igual que los programas de las administraciones anteriores, plantea una intención descentralizadora e indica acciones generales para fortalecerla y consolidarla. Pero no un fondo como tal. ¿Entonces?

Total, ya regresaremos con el tema de los dineros, porque además, como me han hecho notar, el dinero vía incentivos fiscales no forma parte del gasto privado en ciencia y tecnología, como erróneamente afirmé aquí la semana anterior. Correcto.


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