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Benditas redes sociales: ¿Otra misión para Conacyt?
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 885, pp. [2021-01-28]
 

¿Se ha planteado o se podría plantear una convocatoria desde el gobierno federal a los creativos que diseñan aplicaciones, que diseñan plataformas para que se vaya teniendo lo propio en nuestro país y se pueda tener acceso, digo, en un proceso, por supuesto, de una convocatoria clara ya sea por Conacyt, por Secretaría de Comunicaciones, etcétera, para poder ir teniendo alternativas?”

La pregunta anterior, en esos términos, le fue formulada a López Obrador en su conferencia de prensa del pasado 13 de enero, a propósito del rechazo público que expresó sobre la “censura” a las cuentas de las redes sociales del expresidente Trump en el caótico final de su mandato.

Y la misma persona que hizo la pregunta anticipaba la posible solución, al finalizar su intervención añadió: “Me parece que esta pudiera ser también [una alternativa] y no dejarlo todo a las grandes empresas, porque si nos censuran a través de eso prácticamente nos censuran a todos, presidente”.

El presidente lo miró y respondió pausadamente que su gobierno no dejará de reflexionar y analizar todo lo relacionado con las redes sociales. Y más directamente afirmó: “Por eso, sí es un tema que va a ser tratado por nosotros y no descartamos el que Conacyt, como lo planteas, la Secretaría de Gobernación, la Consejería Jurídica, la misma Secretaría de Relaciones Exteriores, todos, Comunicaciones, se busquen opciones, alternativas”.

A la semana siguiente, el tema siguió resonando. En la conferencia del pasado 20 de enero, López Obrador articulaba una respuesta sobre el espionaje ocurrido en gobiernos anteriores, hizo un alto y dijo: “Aquí quiero aprovechar: el director de Twitter en México era militante o simpatizante muy cercano a PAN, el que actualmente maneja Twitter, fue hasta asesor de un senador famosísimo del PAN”.

El mismo presidente pidió que se proyectara en pantalla la información pública que aparece en Internet sobre Hugo Rodríguez Nicolat, director de Twitter México. El ejecutivo federal leyó parte del contenido y precisó: “Porque me encontré eso y como mi pecho no es bodega… Sin embargo, sólo esperamos que haga su trabajo de manera profesional, que no promuevan la creación de granjas de bots”.

Al día siguiente, la cuenta oficial de Twitter México, replicó que: “Ninguna persona en Twitter es responsable, por sí sola, de nuestras políticas o acciones de cumplimiento, y es lamentable ver comentarios dirigidos a nuestros empleados como responsables únicos de las decisiones o reglas de la empresa”.

El ruido en la red del pájaro azul siguió porque también hubo quejas sobre una inexplicable cancelación de tres cuentas de Twitter de simpatizantes de López Obrador. En fin, el tema pasó a segundo plano porque apareció el inesperado contagio de Covid-19 del presidente, la cuestionada estrategia de vacunación y la llamada con Vladimir Putin para acordar la llegada de la vacuna rusa.

Sin embargo, la polémica con las redes sociales no está zanjada. Por el contrario, con el próximo arranque de las campañas electorales la disputa pública será más ríspida, así que vale la pena tener presente los posibles cursos de acción.

Una primer aspecto es si el gobierno federal propondrá la creación de una red social como sustitución a las grandes plataformas de redes en el mercado que ahora existen (fb, tw, ig, ms, por ejemplo). O bien, como un canal de información propio y alternativo a esas mismas plataformas. Si es esto último, no parecería tener mayor problema, algunos países tienen aplicaciones de redes sociales para propósitos muy variados (turismo, información, administración, etcétera). En el caso de México sería como las conferencias de prensa diarias del presidente, frente a las noticieros matutinos.

Una acción muy distinta es si se trata de sustituir a las grandes redes sociales y ahí no parece haber mucho futuro. Hay varios países que lo han intentado, el caso exitoso y emblemático es China con una plataforma que controla el acceso a Internet y tiene aplicaciones alternativas para todas las redes sociales conocidas en occidente. Otros países han abandonado sus intenciones a los pocos meses de iniciar y solamente han limitado el acceso a Internet.

Otra línea más es si deben regularse o no las grandes redes sociales. ¿Cómo se haría? Tal vez esto sería lo más relevante, es una discusión internacionalmente compartida y es muy espinosa. Lo ocurrido en Estados Unidos con el asalto al Capitolio alentado por Trump a través de Twitter y episodios similares en otras naciones, pero de naturaleza política opuesta, muestran lo complicado que puede ser.

Finalmente, y no menos importante, está el problema de qué instancia gubernamental comandaría los esfuerzos para elaborar un verdadero diagnóstico y proponer alternativas. Por supuesto, podría ser el Conacyt. Sin embargo, su actuación en la fabricación de los ventiladores mecánicos, lo mismo que en el modelo matemático de pronósticos de presión hospitalaria o la búsqueda de alternativas al uso del glifosato, no han sido de lo más afortunado.

Pie de página: Ya viene el periodo ordinario de sesiones en el Congreso y no, no avanzó por ningún lado la consulta de la Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación.


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