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Torcieron de alguna manera la reglamentación
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 858, pp. [2020-07-16]
 

Un nuevo capítulo se registra en el largo conflicto entre el Conacyt y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT) en el actual periodo de gobierno. Tal vez, estimado lector, a estas alturas, como en las peleas de pareja, ya es confuso cómo empezó todo y quién dijo qué, ni cuál es la importancia de que ocurra una cosa o la otra.

Sin embargo, la disputa no es nada irrelevante, después de todo se trata de dos de las instituciones clave en la conducción del sistema nacional de ciencia y tecnología. Serruchar las capacidades o el margen de maniobra de una o de la otra, tendrá consecuencias negativas para el desarrollo de las actividades del sector.

La semana pasada, la doctora Julia Tagüeña Parga realizó una declaración pública de agradecimiento a personas e instituciones, pero en la que sobresale el motivo de su renuncia como coordinadora del FCCyT desde el pasado 15 de junio (06.07.2020). La razón principal, dice Tagüeña, es porque el Conacyt en este periodo no ha entregado fondos para la operación del Foro, aunque está obligado por el artículo 38 de la ley sectorial y a pesar de que el FCCyT “ganó la suspensión definitiva de esta decisión y obtuvo un amparo en primera instancia”.

Además, en la declaración de Tagüeña Parga queda claro la existencia de dos Foros, uno que es el FCCyT asociación civil (AC) y otro con la misma denominación, pero que no es AC, “creado este mismo año mediante cambios al Estatuto Orgánico del Conacyt y que opera en contradicción a la ley vigente”.

Por su parte, la directora de Conacyt, la doctora María Elena Álvarez Buylla, ha expresado en diferentes oportunidades su oposición respecto al FCCyT AC —y en este mismo espacio hemos dado cuenta de ello—, pero a últimas fechas se reservó sus comentarios, después de que el conflicto llegó a los tribunales. No obstante, el pasado 9 de julio, en su participación en la VIII reunión ordinaria de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República, expresó claramente su crítica.

La senadora Alejandra Lagunes del Partido Verde Ecologista expresamente le preguntó por qué y cómo es que se creó un Foro alterno al existente. La doctora Álvarez Buylla dijo: “Está justamente al revés. Por ley, está indicado que debe haber un FCCyT que sin transferencia alguna de recursos, integre a diferentes sectores”.

Y añadió la titular del Conacyt: “Este FCCyT no implica, de hecho dice explícitamente que no debe mediar remuneración alguna y al margen de la ley se generó una asociación civil, es una entidad con fines privados, y ellos fueron los que torcieron de alguna manera la reglamentación, los lineamientos jurídicos del Conacyt para, a posteriori de haber formado esa asociación civil, justificar su formación, es decir hay una ilegalidad de origen de esta asociación civil… Y no hay manera de que un instrumento de orden inferior contradiga a uno de orden superior, lo único que nosotros hicimos fue hacer congruencia, regresar esta congruencia a estos lineamientos jurídicos del Conacyt”.

Pero la Ley de Ciencia y Tecnología, un ordenamiento todavía vigente y superior a un estatuto, en su artículo 38 sí dice que el Conacyt otorgará los apoyos necesarios, logísticos y de recursos, para el funcionamiento del FCCyT. El tema se complica con lo de asociación civil y seguramente no es tan sencillo solucionarlo jurídicamente, por la misma razón el asunto sigue en los tribunales.

Además, todos los excoordinadores del FCCyT, en respuesta a las afirmaciones de la directora del Conacyt, dirigieron una carta pública a la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República para puntualizar ordenamientos normativos sobre el origen y legalidad del Foro AC (13.07.2020).

Por ejemplo, señalan: “Por más de 18 años el FCCyT operó a través de una asociación civil por mandato normativo. Desde 2002, el Estatuto Orgánico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dispuso en su artículo 22 que ‘…para la materialización de sus actos, el Foro se constituirá en una asociación civil…’, hasta que dicha norma fue reformada por el Conacyt el pasado 11 de diciembre de 2019”.

En fin, como se podrá advertir, todavía restan más capítulos sobre este largo conflicto y al final se dirimirá en los tribunales. Sin embargo, para fines prácticos, lo importante es recordar que este año debe estar lista la nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación. Así que la existencia o no de un organismo como el FCCyT en el nuevo marco normativo será un componente esencial en la gobernanza del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.

El FCCyT, con menos de dos décadas de existencia, es un organismo relativamente nuevo en el sector científico. Quizás un poco del contexto y las condiciones en las que surge el Foro nos permitan comprender la naturaleza de las políticas en ese entonces y, en contraste, lo que ahora ocurre, allá iremos en próxima entrega.

En la reunión con los senadores, la doctora Álvarez Buylla presentó una diapositiva que decía: “Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2020 -2024” y tenía seis objetivos. No, ninguna senadora preguntó cuál es ese programa. Públicamente no existe. Los que ya existen son los ventiladores mexicanos y traen novedades.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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