La Constitución de la República asigna al Estado el compromiso de promover y atender a la educación superior para el desarrollo nacional. En la Ley de Planeación se establece que el gobierno elabore el Plan Nacional de Desarrollo al que se integran planes y programas sectoriales, entre ellos el de educación. Próximamente se dará a conocer este último y los analistas estamos pendientes sobre lo que vaya a decir en materia de políticas para el nivel superior. Algunas de las principales preocupaciones que tenemos se resumen a continuación:
1. El asunto toral es el financiamiento. Es fundamental saber cuánto se va a incrementar el subsidio tendiente al uno por ciento del producto interno bruto. Asimismo, sí se va a contar con recursos para disminuir los pasivos que tienen las universidades públicas estatales, y para saldar el problema de las plazas no reconocidas y crear nuevas plazas. Tendremos interés en observar sí habrá continuidad o nuevas maneras de distribuir los recursos extraordinarios y qué se puede hacer para estimular y regular la diversificación de las fuentes de financiamiento, en el entendido de que esto último no representa una solución a los problemas económicos que enfrentan las instituciones.
2. Sobre la expansión del sistema. Se esperaría crecer a una cobertura del 30 por ciento procurando que exista un mayor equilibrio entre las entidades federativas. Sí estos dos propósitos se incluyen en el próximo plan, entonces sería deseable que anunciara cuáles son los instrumentos que se van a aplicar para absorber un crecimiento hasta el año 2012 que, grosso modo, podría alcanzar una cifra de 750 mil nuevos estudiantes. También qué papel jugarán en el crecimiento de la matrícula los distintos segmentos que conforman el sistema de educación superior.
3. En el próximo plan sería conveniente que se contemple la posibilidad de acentuar el federalismo en la materia. Dar a los gobiernos de las entidades federativas la posibilidad de elaborar planes estatales conforme a los criterios generales que establezca la federación y ser tenidos en cuenta en la fijación de éstos.
4. La expansión y el federalismo son ejes centrales para establecer nuevas pautas de coordinación, integración y gestión del sistema. Respecto a la coordinación interesa advertir hasta qué punto el plan contemplará la necesidad de algunas reformas jurídicas. Asimismo, de contar con más y mejor información para el seguimiento de los avances del sistema y evaluar las políticas públicas que se le apliquen. Será motivo de particular atención, para los fines de tener un sistema más integrado, especificar cómo la coordinación se planteará fortalecer a las instituciones públicas con más debilidades académicas. Ojalá que se esté considerando, para la gestión, un menor intervencionismo del centro en la vida de las instituciones y una mayor vinculación de éstas con su entorno social. También, quitar cargas burocráticas de negociación a las autoridades universitarias para que su mayor dedicación esté volcada a los asuntos internos de las instituciones.
5. El plan debería asegurar la calidad de la educación superior mediante políticas que atiendan la heterogeneidad del sistema. También, impulsando la investigación en las universidades públicas y el mejoramiento del profesorado. Un asunto pendiente es revisar el reconocimiento de las escuelas particulares cuya operación no cumple con criterios académicos mínimos y garantizar que las que se vayan a abrir ofrezcan una enseñanza de calidad.
6. No se puede dejar pasar, por último, qué va a ocurrir con el salario de los académicos que trabajamos en las instituciones públicas. Y sí las remuneraciones seguirán ligadas a sistemas de pago por méritos, que a estas alturas están agotados como estímulo a la productividad y a la calidad. El punto es medular porque tiene que ver con el retiro del personal de la actividad académica y la renovación de la comunidad. Por tanto, con el avance de la docencia y la investigación.
Estos son algunos de los puntos que nos gustaría que tocara el próximo plan nacional de educación. Los trato ahora para colaborar con los foros de consulta que se están organizando para la elaboración de dicho plan y porque creo que el futuro de la educación superior tiene que pasar por acuerdos políticos de todos los actores sobre las cuestiones más críticas.
