El país está en una coyuntura compleja por la multiplicidad de actores y de intereses que no están de acuerdo con el gobierno, y por las circunstancias estructurales del estancamiento económico, de una población que se siente afectada por la pobreza, los bajos salarios, su incapacidad de consumo de productos necesarios para una vida digna, mala atención a la salud, deficiencias educativas, y un largo etcétera, sin dejar de mencionar la violencia relacionada con la producción y distribución de drogas desatada por los grupos delincuenciales, que también secuestran, extorsionan y matan.

Hemos caído en una situación donde hay inseguridad, incertidumbre y un fuerte sentimiento de desprotección. Dificultades para construir una identidad proyecto sobre la dirección del país. Malestar por no poder hacer una vida sin miedo a ser agredido, asaltado o extorsionado. Y en medio de una política de control del gasto, que limita al propio gobierno para lograr eficacia en sus objetivos.

Quienes gobernaron dejaron al país deshecho, tanto que su arreglo está resultando más difícil de lo que se creía. Por eso hay que referirse a ellos una y otra vez. Asimismo, porque muchas de las políticas y acciones que se toman para corregir el rumbo afectan intereses creados y enquistados de mucho tiempo. Los opositores buscan ahora vertebrar un discurso que articule a los diferentes grupos contrarios al gobierno, usando los medios para comunicarlo; impulsan acciones para debilitar a los poderes de la unión y a las instituciones públicas.

La UNAM ha sido objeto de muchas agresiones de grupos de encapuchados, desde hace varios años. Encapuchados entrenados y financiados por alguien. Cuando los estudiantes protestan, marchan y se acercan a Rectoría, casualmente aparecen los encapuchados, golpean, disuelven el movimiento y luego destruyen todo lo que pueden, claramente conscientes de que sus actos tienen repercusiones sobre la comunidad universitaria y sobre sus autoridades. Encapuchados, provocadores, que se conducen organizadamente, que siguen instrucciones antes, durante y después de salir de Ciudad Universitaria, o de otra instalación de la UNAM.

Las manifestaciones y protestas estudiantiles tienen razones de peso por lo que están viviendo los jóvenes, dentro y fuera de la institución, en las inmediaciones de cada campus. Dentro de una institución abierta, se cuelan delincuentes sin que nadie responda en el momento de los hechos.

Ante movimientos justos como el de la protesta por la violencia en contra de las mujeres, que está a flor de piel en la UNAM, la acción de grupos como los encapuchados termina por inhibir el movimiento y, al mismo tiempo, mostrar a la opinión pública que la institución es insegura y que hace nada por defender a su comunidad. Que puede ser atacada en cualquier momento, con impunidad. Los encapuchados se retiran del campus y nadie los detiene. Dan el mensaje de que el gobierno no cuida a sus instituciones educativas.

Los universitarios necesitamos organizarnos y manifestar que no aceptamos ni las agresiones ni los intentos que desestabilizan, que minan la gobernabilidad, el llegar a acuerdos, al tiempo que erosionan la autoridad de quienes dirigen las instituciones.

Las universidades son las instituciones a las que la población distingue por ser las de mayor confiabilidad en el país, y la UNAM tiene liderazgo en el conjunto del sistema de educación superior. También, por eso, es inadmisible que traten de vulnerarla. No se puede intentar desestabilizarla porque, junto con las demás universidades públicas, juega un papel central para darle viabilidad a la transformación de la sociedad y construirle futuro.

La UNAM es un espacio diverso y socialmente heterogéneo. Conducirla con la estabilidad que requiere el trabajo docente y la investigación es harto difícil, sobre todo en tiempos como los que estamos viviendo.

El Dr. Enrique Graue ha sido un rector que ha impulsado la actividad académica e intelectual, la presencia de la UNAM en todo el país, con una postura absolutamente clara a favor de la ampliación de la cobertura con buena educación, con mayor financiamiento. Tiene el reconocimiento de los universitarios, es una persona en la que podemos confiar, dispuesta a hacer valer los esfuerzos de todos y cada uno de los que formamos a la Universidad Nacional. Desarrollemos la participación en los cuerpos colegiados, la solidaridad y el espíritu de cooperación entre nosotros para salir adelante. ¡No a la violencia en el campus! ¡No a la destrucción del espacio público!