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Ciencia y tecnología: “Hagamos mayor inversión”
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 770, pp. 5 [2018-09-13]
 

No, en realidad nada para sorprenderse. Una vez más, como ha ocurrido sexenio tras sexenio desde hace casi cuarenta años, al comienzo se plantea un escenario de optimismo y expectativas para el sector científico y tecnológico, pero termina siempre precisamente con lo opuesto. Ahora, desafortunadamente, tampoco es la excepción: al final de este sexenio, de nuevo, tenemos promesas incumplidas e indicadores muy abajo de lo previsto.

Las razones para que no se cumplan los planes pueden variar, desde las imponderables crisis económicas (con epicentro fuera o dentro del territorio nacional), la inestabilidad política, indolencia, incapacidad o hasta el simple hecho de que a la mitad del camino cambiaron las prioridades. Los resultados, sin embargo, siempre son igual de decepcionantes.

¿Usted tiene presente lo que prometió el ejecutivo federal en materia de ciencia y tecnología? Precisamente, antes de que estuviera listo el programa del sector, en los primeros días de enero de 2013, en el momento de la presentación pública de Enrique Cabrero como titular del Conacyt, el presidente Peña anunció mayor inversión, en compensación a su negativa de crear una secretaría de ciencia y tecnología.

Dirigiéndose a la comunidad científica ahí reunida Peña Nieto dijo: “No se trata de generar mayor burocracia. Si de lo que se trata es (de) darle un mayor espacio de relevancia e importancia para el Gobierno, el tener esta área dentro del gabinete, no es necesario que generemos mayor burocracia, hagamos mayor inversión” (Discurso presidencial. 03.01.2013). Los aplausos no se hicieron esperar. Sí, en ese tiempo las audiencias aplaudían y el Pacto por México se había firmado apenas un mes antes.

Además, en el mismo discurso añadió: “Y aquí, quiero darles algunos datos que acreditan, con toda puntualidad, el que esto empiece a materializarse. Son pasos, primeros pasos, pero, estoy seguro, que a través de las reformas, algunas estructurales que habremos de impulsar, algunos ajustes que estaremos haciendo en el camino, va a permitirnos lograr el objetivo que tiene este Gobierno, de que la inversión en ciencia y tecnología, al menos, alcance el uno por ciento del Producto Interno Bruto”. Los aplausos volvieron a escucharse y sí, la idea de destinar el uno por ciento del PIB para el Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental (GIDE) volvía a reiterarse, porque un mes antes se plasmó como el compromiso número 46 en el Pacto por México. También las reformas estructurales eran la promesa del sexenio.

Los datos que entonces mencionó el ejecutivo federal se referían a la composición del presupuesto de egresos del 2013, el primero elaborado por su gobierno y autorizado por los diputados. Sí, el de ese año fue el mayor incremento que se registró en el sexenio para el sector, luego vinieron los incrementos moderados y a partir del 2017 los montos declinantes. La esperanza había llegado a su fin.

En el más reciente informe de gobierno de esta administración, el de cierre del periodo, están los resultados. Al igual que ha ocurrido en administraciones anteriores (a partir del sexenio de Vicente Fox los programas sectoriales incluyen indicadores cuantitativos de desempeño), en el cuadro que aparece abajo se puede apreciar, solamente para los indicadores de desempeño seleccionados por el propio gobierno federal, lo lejos que quedaron las metas que se autoimpuso.

El cuadro ilustra media decena de indicadores, el avance registrado en el periodo y la distancia que los separa de la meta (última columna). Todos abajo de lo planeado. El indicador GIDE quedó prácticamente igual y el resto no son mejores. Nada que agregar.

Lo sorprendente es que en esa ceremonia de enero del 2013, el presidente Peña dijo que le correspondía al sector público, al gobierno federal, liderar la inversión en el sector. Una experiencia que al parecer se repetirá en el periodo que está por comenzar, aunque con un matiz diferente. El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio de Minería, en el encuentro con la comunidad científica dijo: “vamos a garantizar que la aportación en el presupuesto para CyT aumente. En el peor de los casos, y ese es el compromiso que hago con ustedes, porque vamos a enfrentar una situación difícil, en el peor de los casos que no se reduzca, que, en términos reales se mantenga” (22.08.2018). Y sí, los aplausos se volvieron a escuchar.

El conflicto derivado del ataque de porros a estudiantes de la UNAM y el ejemplar rechazo de la comunidad universitaria finaliza su segunda semana. Las especulaciones crecen, pero la pregunta principal sigue sin respuesta: ¿quiénes son responsables y beneficiarios de la violencia?


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