Los estudiantes universitarios han tenido un papel relevante en la historia social de México. ¿Qué tanto sabemos de ellos? En la academia se han hecho trabajos que permiten conocer la realidad que los envuelve y sus características, las cuales se modifican constantemente.

Hay investigaciones que cubren el nivel nacional y otras que se refieren a un campo institucional. Ilustraré por encima algunas cuestiones tratadas en ellas. Por ejemplo, ha sido relevante especificar de qué escuelas llegan los estudiantes a la universidad pública y privada. Cómo influyen sus antecedentes escolares en los resultados que obtienen a lo largo de su carrera, junto con su origen social. También, se han abordado algunas opiniones sobre cómo significan sus estudios y sobre las experiencias que han tenido al convivir con otros estudiantes. Asimismo, cómo perciben a sus profesores y cómo se relacionan con ellos. Los tiempos que dedican a las redes sociales y lo que piensan sobre algunos problemas del país.

De lo que se ha investigado, destaca la Encuesta Nacional de Alumnos de Educación Superior (ENAES), que en la academia se analizó en los trabajos de Suárez (2013) del Seminario de Educación Superior (SES) de la UNAM.

Los análisis permitieron apreciar la heterogeneidad social de los estudiantes, su género, que hoy por hoy es muy importante, porque la población estudiantil se divide casi por mitad. Asimismo, la edad y cómo se distribuyen los alumnos por carreras y semestres. Se examinaron algunas percepciones sobre lo positivo y lo negativo de estar estudiando en una determinada institución. Y entre muchos otros temas sobresale lo referente a los alumnos que estudian y trabajan, las ventajas y desventajas de trabajar y la importancia del capital cultural en el ámbito laboral.

En esta tesitura, hay otro estudio a nivel nacional sobre la trayectoria laboral de los egresados de una serie de instituciones públicas y privadas. Para tal efecto, se llevó a cabo una encuesta realizada por la Universidad del Valle de México (2015) en la que se entrevistó a 9304 egresados en todo el país.

Es una investigación cuyos resultados permiten apreciar cómo se insertan los egresados al mercado de trabajo y en qué condiciones. Se contrasta su primer trabajo con el actual. Los egresados hacen una evaluación de sus conocimientos y habilidades para entrar al trabajo y de otros requisitos que se exigen para obtener una ocupación acorde con lo que se estudió. Además, la encuesta brinda información de los egresados que por alguna razón no se titularon, lo cual debería ser atendido.

El contexto institucional, por su lado, es clave para que los jóvenes estudiantes se formen como ciudadanos responsables, aprendan y apliquen nuevos conocimientos y para reafirmar una identidad vinculada a su universidad y a la ética de su profesión.

En la UNAM se hizo una Encuesta a los estudiantes de licenciatura en el 2011. Resultaron dos libros, uno que es el reporte de la encuesta (Suárez,2012) y otro con una serie de análisis realizada por varios miembros del SES (Suárez, 2015). Su objetivo fue “comprender y analizar la complejidad y diversidad de los mundos estudiantiles y de la condición juvenil en la UNAM”.

Uno de los resultados que llamó la atención de los investigadores es que una parte considerable de los entrevistados radica en hogares que tienen ingresos menores a los cuatro salarios mínimos, aun cuando una alta proporción de los padres ha realizado estudios universitarios. Los siete capítulos de la obra abarcan el análisis de los problemas, las trayectorias y las perspectivas de los estudiantes de licenciatura de la UNAM.

La línea de investigación sobre los estudiantes universitarios ha sido impulsada de manera notable por De Garay y colaboradores, quienes han producido resultados sobre el perfil de ingreso a las unidades de la UAM. Toda la vasta producción de De Garay apunta al análisis de los factores determinantes y de los comportamientos institucionales que se relacionan con los estudiantes a su paso por la universidad.

Los hallazgos reportados por las investigaciones son de lectura obligada y sirven para que las instituciones hagan un esfuerzo serio y satisfagan las necesidades y las expectativas académicas de los estudiantes.

Todo el material, incluido el que no registro aquí, sirve de pretexto para señalar que es imperativo hacer nuevas investigaciones sobre los estudiantes universitarios, que den seguimiento a lo que ya se conoce para ver qué se ha preservado y qué ha cambiado. Investigaciones que pueden ser fuente para la política educativa. Sería esplendido impulsarlas en este año en el que se celebra el medio siglo del 68 y el siglo de la reforma de Córdoba. Por lo pronto, el curso semestral del SES estará dedicado a “Un Siglo de Movimientos Estudiantiles” como reconocimiento a su papel histórico en varias partes del mundo.