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Sugerencias para la política de educación superior
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm. 758, pp. 4 [2018-06-14]
 

La globalización, como movimiento de las sociedades en el sistema mundo, viene mostrando fisuras y debilidades por la aparición de nacionalismos y localismos, económicos, políticos y étnicos, que atentan no sólo contra el libre comercio, sino contra derechos humanos básicos. No obstante, la globalización ha sido un telón de fondo para la estructuración y cambios en las universidades y en los sistemas de educación superior. Y México ha tenido posibilidades de lograr avances en este nivel educativo y ha podido vincularse a los circuitos mundiales en distintas formas y modalidades, que no han favorecido a todo el conjunto institucional por falta de una política de internacionalización y otras fallas.

1. Los años recorridos en este siglo se acompañaron por una diversificación del sistema de educación superior que ha dejado desigualdades institucionales que deben ser corregidas. Y para ello, es necesario investigar más amplia y profundamente el funcionamiento del sistema, los subsistemas y dentro de cada uno sus iniquidades. Es insostenible tener instituciones que no alcanzan niveles intelectuales y científicos para abordar los problemas del entorno, juntamente con sus actores y agentes sociales. Y la cuestión no es financiera, no se resuelve con más dinero, sino con más dinero que sirva a los planes de desarrollo institucional pactados con las comunidades académicas y a la investigación universitaria para proyectos dirigidos a elevar el bienestar social de la población y la creación de ciudadanía.

Las universidades, y otras instituciones, tienen que abrir canales de comunicación con los sectores público, privado y social para recibir demandas y estar continuamente reorientando sus actividades al servicio de la sociedad. Pero, para cumplir cabalmente, nos hace falta un análisis comparativo de sistemas de educación superior estatales y regionales, de los sistemas de desarrollo científico y tecnológico, dentro de las universidades, para que podamos medir fuerzas.

2. En el campo de la educación superior debe enfatizarse que el posgrado (especializaciones, maestrías y doctorados) requiere extenderse disciplinariamente y ampliarse a todo lo largo y ancho del país, para aumentar la calificación profesional y para producir más científicos. La sociedad necesita conocer cuántos doctores tenemos, dónde, a qué se dedican. Cuántos doctores mexicanos se quedaron en el extranjero y cuántos podemos recuperar y cómo. Más allá de los posgrados de excelencia, necesitamos apoyar a las instituciones más rezagadas en aquellos campos que son indispensables al entorno. En esta óptica, el fomento a la investigación humanística y social es indispensable. Y prestarle la atención y el control debidos a los nuevos proveedores de educación superior y posgrado.

No se está avanzando lo suficiente, y más rápido, en materia de investigación sobre la universidad pública y el sistema de educación superior, y sus vínculos con la ciencia y la tecnología. La aparición de las tics modifico los viejos esquemas de separar todo por nichos. Ahora, entender lo qué pasa en el campo educativo y científico va todo junto, y la interdisciplina juega un papel central.

3. Además de las complejidades propias del devenir científico y de las prácticas académicas, el regreso de los egresados a las universidades para actualizarse va a implicar un desarrollo mayor de la educación a distancia y de instalaciones y profesores para cursos presenciales, conformar curriculums ad hoc, y un aumento de las inversiones en equipo electrónico para dar cursos al aire.

4. De ahora en adelante, es menester que las instituciones presten atención y redefinan el tiempo de trabajo del personal académico de carrera para que, como parte de éste, tenga obligación de avanzar intelectualmente, actualizando su formación. Las salidas y los intercambios interinstitucionales deben abrirse con toda oportunidad. Y, no sobra decir que, requerimos investigar cuántos académicos están en condiciones de salir de la actividad, pensionarse y jubilarse, al tiempo que se renueva la planta académica. Nos hacen falta los debidos cálculos, porque no queremos, creo, cometer errores en este caso.

5. Lo mencionado son ejemplos de temas y problemas que necesitan discutirse con conocimiento empírico a la mano. Frente al cambio de gobierno, y tal vez de régimen político, tenemos que dedicar esfuerzos, tiempo y recursos para investigar a la educación superior, la ciencia y la tecnología. Vamos a requerir un marco distinto para la formulación de políticas que permitan abrir la oferta educativa, quitar los obstáculos al desarrollo científico y cultural. En cada entidad federativa se requiere una reflexión y una propuesta que ordene y ligue la educación superior a la ciencia.

Colofón. Lo que vaya a ocurrir con la educación superior será resultado de la política y lo político en cada territorio, según las necesidades e intereses de cada sociedad local. En todo caso, la ecuación demanda una educación incluyente, de calidad, que satisfaga las necesidades sociales, con investigación propia y rigurosa, y que estimule los valores democráticos. Si fortalecemos la educación superior, la ciencia y la tecnología habrá bienestar y podremos salir al mundo mejor equipados. ¿Alguien lo duda?


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