1. La UNAM: una buena y una mala. Comienzo por la mala. Quieren construir dos torres de departamentos que atentan contra Ciudad Universitaria, declarada patrimonio de la Humanidad. No acepto, como muchos otros ciudadanos, que este Gobierno de Ciudad de México haya seguido una política de manos libres a los desarrolladores sin importar las consecuencias sobre el tráfico, el uso del agua y la contaminación del ambiente.

Rechazo que intereses particulares demeriten el valor simbólico y material de las instalaciones de la universidad de la nación, como la han calificado nuestros rectores. El valor artístico y patrimonial de Ciudad Universitaria es inconmensurable. Y, por eso, hacemos un llamado a todos los universitarios de México para que se una(m) a la protesta y apoyen cualquier iniciativa que surja de nuestro rector y del Consejo Universitario para impedir la construcción de estas dos torres.

2. La muy buena. La UNAM acaba de abrir la Escuela Nacional de Estudios Superiores en Mérida, Yucatán. La nueva escuela va a ofrecer varias licenciaturas. Ya funcionan las de Manejo Sustentable de Zonas Costeras y la de Desarrollo y Gestión Interculturales. Con esta Escuela, la UNAM continúa fortaleciendo su presencia en el país, al tiempo que contribuye a ampliar la oferta educativa en la región del Sureste. La Junta de Gobierno eligió como Director a Xavier Chiappa.

3. Hacer lecturas críticas de los documentos oficiales que evalúan las políticas públicas del campo educativo, en el que uno se desenvuelve, es lo que se espera de un académico informado. Particularmente, porque en las universidades públicas tenemos el tino de revisar todo aquello que en política afecta nuestras vidas y las de los jóvenes. Así, es consustancial a los académicos opinar con fundamento y respeto; esperamos el mismo trato de quienes están en desacuerdo con nosotros, cuando se evalúan políticas públicas que no han cumplido del todo con sus objetivos.

En educación superior, seguimos en espera de que aumente sustancialmente la cobertura, que disminuyan significativamente las diferencias estatales, que los presupuestos sigan una tendencia real al alza, y en plazos más largos que los anuales, que la planta académica se renueve, ahí donde hace falta, que se resuelvan los problemas de pensiones y jubilaciones, que se modifique el sistema de evaluación y se paguen salarios dignos, que se apoye directamente a los proyectos de investigación en las universidades públicas, básicos y aplicados al entorno social, que se respalde el prestigio de la universidad pública, y un largo etcétera.

Quienes trabajamos en la universidad pública tenemos una actitud crítica en el aula y en la investigación, porque buscamos formar ciudadanos conscientes y responsables. La institución es conciencia crítica de la realidad para que la sociedad aumente su caudal y capacidades cognitivas y ponga el conocimiento a su servicio. De esta forma podemos enseñar a comunicarnos y dar condiciones para entrar a la esfera social y a la cultura de una manera provechosa, para acabar con la violencia y pasar a nuevas etapas de desarrollo de la sociedad. Y eso supone hacer de la institución un espacio de debate racional, de diálogo para el acuerdo, de descubrimiento de nuevas ideas. También, supone defender el carácter público y autónomo de la universidad.

4. Hay una gran movilización política en las universidades inglesas. Ocurre que 64 universidades, incluidas las prestigiosas Oxford y Cambridge, han entrado en una huelga, de parte de los académicos, por una amenaza a sus pensiones. El sindicato University and College Union convocó a la huelga con motivo de una drástica reducción de las pensiones propuesta por las autoridades.

Se trata de un cambio al Plan de Jubilación Universitaria que pretende establecer un nuevo esquema de pensiones, dado que el actual, según la UUK(unión de universidades) presenta un déficit de 6000 millones de euros, déficit que no puede ser atribuido a los profesores. Con el cambio propuesto, las jubilaciones de los académicos se reducirían en unos 11 mil euros. Y los profesores han considerado que ante tal medida es inevitable entrar en huelga. El propio Jeremy Corbyn, político laborista, ha señalado la necesidad de resolver el problema porque “todo mundo merece dignidad y seguridad en la vejez, lo que proviene de una pensión decente”. La huelga afectará a varias decenas de miles de estudiantes, que ya preparan movilizaciones para reclamar que les sea devuelto lo correspondiente a sus colegiaturas, por el tiempo que dure el paro de labores.

En fin, estamos presenciando un momento de movilización de profesores y estudiantes, en varios países, que nos debe hacer reflexionar ¿dónde estamos en México en materia de educación superior? Porque faltan muchas cosas por resolver en este nivel educativo, que bien puede ser uno de los temas sobresalientes en los programas de gobierno del próximo sexenio.