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¿Mujeres en ingenierías y ciencias?
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 622, pp. 5 [2015-09-03]
 

La semana anterior se dio a conocer que México participará en otro programa de formación de recursos humanos con Estados Unidos en el área de las ciencias y la tecnología. Uno más que engrosa el número de iniciativas para tratar de incrementar el número de jóvenes con estudios de alto nivel. En este caso, tiene la peculiaridad que es a nivel licenciatura, en áreas de conocimiento poco feminizadas, dirigida precisamente a las mujeres, bajo una modalidad de mentoría e inclinada a lo virtual.

El medio centenar de becarias mexicanas con el que arranca la fase piloto es una cifra, por ahora, francamente modesta, como también ha ocurrido con la mayoría de planes que buscan la experiencia y los indicadores de internacionalización educativa. Sin embargo, es posible que la iniciativa, con los mismos principios, se extienda.

En realidad, se trata de un programa internacional que se pondrá en marcha, aquí y en otras partes del mundo, por primera vez en este año. La idea está auspiciada por la Academia de Ciencias de Nueva York e inspirada en la iniciativa “NeXXt Scholar Inititiative” de diciembre del 2011 de Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado (clintonfoundation.org).

La iniciativa de Clinton, de hace más de dos años y en la que también participó la Academia de Ciencias de Nueva York, estaba dirigida a mujeres jóvenes de países con población predominantemente musulmana, especialmente diseñada para que pudieran cursar una carrera profesional en los Estados Unidos en las disciplinas relacionadas con las ciencias, la tecnología, ingenierías y las matemáticas (CTIM o STEM, según las siglas en español o en inglés).

El programa asociaba a cada becaria con una académica que fungía como su mentora, para apoyar su trayectoria de estudios, aconsejarla y guiarla en su carrera y en su desarrollo profesional. El supuesto era que muchas de las mujeres provenientes de los países indicados, carecían de modelos educativos de referencia, por lo que el trabajo de mentoría podría proporcionarles apoyo, calidez y las perspectivas para que las jóvenes alcanzaran una educación en el campo de las STEM (www.nyas.org).

Ahora, la iniciativa se expande para que sea una “Global STEM Alliance” y el programa específico se denomina “1000 girls, 1000 futures”. La idea de la Fundación Clinton es alcanzar la cifra de un mil jóvenes de todas partes del mundo, egresadas de la media superior, interesadas en participar en el área de las ciencias y las ingenierías para el 2017.

La Academia de Ciencias de Nueva York sigue respaldando la iniciativa y está comprometida en conducir y apoyar el proceso durante los próximos tres años. En este año se incorporan 300 jóvenes, para el próximo otra cantidad igual y en el 2017 se añadirán las últimas 400.

Al igual que en la primera experiencia, el programa que iniciará este año (el 11 de septiembre para el caso de México), intenta impulsar la participación femenina en el área STEM, también está basado en el papel que desempeñará una mentora (estudiante de posgrado, una posdoc o una profesional).

Sin embargo, ahora las jóvenes no cursarán una carrera profesional en una universidad estadounidense, más bien la experiencia será de un año con apoyo cercano de la mentora de sus respectivos países, una formación en línea en habilidades básicas y la oportunidad de asistir a la cumbre anual que organizará el programa.

Según lo reportó la presidenta de la Fundación México-Estados Unidos, Rebeca Vargas, la participación de México ha sido posible por el apoyo de esa fundación y la cooperación de Conacyt, la UNAM, un par de empresas y la Secretaría de Educación Pública del estado de Puebla. Esta última fue la encargada de lanzar la convocatoria, a la cual se presentaron 250 jóvenes que cursaban el último año de media superior y de donde fueron seleccionadas las 50 participantes (www.conacytprensa.mx).

En México y en el mundo la matrícula femenina en el área STEM sigue siendo sumamente reducida. No es la primera vez que se intenta alentar su participación en tales áreas de conocimiento. En general, las iniciativas han ido en el sentido allanarles la vía de acceso, permanencia y egreso.

Sin embargo, por un lado, tal parece que el asunto es más complejo de lo que se piensa y lo hecho hasta ahora no ha sido suficiente. Por otro lado, la formación en el área STEM es una punta, la otra punta del mismo problema es qué ocurre o cuál es el destino laboral al concluir el entrenamiento. Eso tampoco está resuelto. No lo está para las mujeres, ni para los hombres.


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