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Tiempo de elecciones y auscultación en la UNAM
Armando Alcántara Santuario
Campus Milenio Núm 437, pp.11 [2011-10-27]
 

Hoy se llevarán a cabo en las entidades académicas de la UNAM las elecciones de quienes habrán de integrar el renovado Consejo Universitario (CU) para los periodos 2011-2013 y 2011-2015. El CU es el máximo órgano decisorio de la universidad, encargado, entre otros asuntos, de revisar y aprobar los cambios a la legislación universitaria, aprobar la cuenta pública, otorgar grados honorarios y distinciones a profesores e investigadores, crear nuevas carreras y modificar los planes de estudio.

En esta singular ocasión se trata de la renovación de 75 por ciento de los integrantes del Consejo, prácticamente todos, a excepción de los miembros ex oficio (directores de facultades, escuelas e institutos).

Además, en agosto pasado el pleno del CU aprobó aumentar el número de sus integrantes en 55, al pasar de 228 a 283. La ampliación implica la inclusión de nuevas figuras de consejeros y se da como respuesta a diversas demandas de estudiantes y académicos de contar con mayor representación en dicho órgano. Otra novedad en esta elección es que se realizará vía electrónica.

Así, el número de alumnos representantes del nivel bachillerato pasará de ocho a 16; el de estudiantes de escuelas y facultades, de 44 a 52; los alumnos de posgrado y los profesores de bachillerato incrementarán su número de ocho a 12. Los representantes de profesores de escuelas y facultades pasarán de 44 a 52, en tanto los técnicos académicos estarán representados, por primera vez, con diez consejeros.

Para los trabajadores administrativos se ha contemplado la figura de “invitado permanente”, lo cual permitirá la participación adicional de cinco empleados administrativos, con lo que este sector pasará de dos a siete representantes. No obstante, estos cinco sólo tendrán derecho a voz y voto en comisiones y únicamente a voz en el pleno.

Los estudiantes de las distintas facultades de estudios superiores, escuelas y facultades de Ciudad Universitaria, así como de los programas de posgrado, serán electos para el periodo 2011-2013; en tanto que los representantes de profesores, investigadores y técnicos académicos pertenecientes a esas instancias académicas, además de institutos y centros de extensión, se mantendrán en sus cargos de elección entre 2011 y 2015.

La ampliación en la representatividad de los distintos sectores que componen la Universidad Nacional es un suceso que merece destacarse, pues representa uno de los cambios más significativos en la historia del órgano encargado de tomar las decisiones más importantes de la ya centenaria institución. Algunos la consideran, incluso, como un tipo de reforma.

Pero también es un acto relevante que fortalece la autonomía universitaria, pues implica la participación activa de los representantes de estudiantes, profesores, investigadores, técnicos académicos y empleados administrativos en las decisiones de mayor trascendencia para la institución universitaria.

En el panorama de las universidades públicas del país, el cambio también es sobresaliente porque en casi todas ellas el Consejo Universitario es un actor importante en la vida institucional. Por desgracia, en algunos casos ha sido motivo de manipulaciones y disputas de intereses facciosos que han puesto en riesgo la estabilidad, incluso la viabilidad institucional de algunas universidades.

En el ámbito nacional, también es de gran importancia mostrar que este tipo de organismos puede llevar a cabo su cometido dentro de un ambiente democrático.

Este organismo es una especie de antídoto a las crecientes formas unipersonales, autoritarias y verticales de ejercer la autoridad que se manifiestan en varias universidades del país. Ante el desgaste y desprestigio que algunos órganos legislativos han sufrido en los ámbitos de la política nacional, es alentador que el Consejo Universitario de la UNAM haya puesto ese ejemplo. Su reto será, sin embargo, que siempre sepa cumplir con su compromiso institucional.

Finalmente, este proceso, que ha movilizado a las comunidades de las diversas instancias académicas universitarias, coincide con la auscultación a la que ha convocado la Junta de Gobierno para nombrar al rector de la universidad para un periodo que abarca los próximos cuatro años.

Por lo menos para quien esto escribe, ha resultado curioso, por no decir insólito, el apoyo casi abrumador que ha recibido el actual ocupante de las oficinas del sexto piso de la torre de Rectoría. Ello parece indicar que existe un reconocimiento enorme a su labor al frente de la UNAM en este cuatrienio. Su imagen en la opinión pública también lo confirma como una de las figuras con mayor credibilidad en torno de los principales temas de la vida política nacional.

Sin que hasta el momento haya aparecido otro personaje que le haga sombra y pudiera poner en duda la decisión de la Junta, su nombramiento para un segundo periodo parece inminente. Lo sabremos en una o dos semanas.


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