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Un área de investigación europea
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 124 [2005-04-14]
 

La Comisión Europea presentó recientemente su propuesta para un nuevo programa de investigación para la región en el periodo 2007 -2013. Es el Séptimo Programa Base de Investigación (FP7, por sus siglas en inglés) y suplirá al actual programa que concluye en 2006. Ambos programas constituyen parte de los instrumentos de financiamiento más importantes de la Unión Europea (UE) en su propósito de crear un "Área de Investigación Europea" y, más allá, de cumplir con la agenda de Lisboa del año 2000 -tema al que ya nos hemos referido en ocasiones anteriores en este mismo espacio-, particularmente en cuanto al papel de la investigación en el desarrollo y la competitividad.

La propuesta fue publicada la semana anterior y ahora comenzará la discusión para su eventual aprobación por el Consejo y el Parlamento Europeo (Brussels, 6 April 2005 COM. 119 final. 106 pp.) El debate se prolongará a lo largo de este año y parte del siguiente e involucra importantes negociaciones entre los Estados miembros y múltiples instituciones europeas, por lo que no se prevé una fácil adopción.

Tanto el FP7 como el que está vigente (FP6), buscan una mayor coherencia e integración de la cooperación científica y tecnológica a nivel europeo, así como trabajar en conjunto sobre temas prioritarios, sobre todo porque reconocen que el crecimiento económico depende en buena medida de la investigación y también porque han asumido que la mayor parte de los retos que enfrentan la sociedad y la industria no se podrán solucionar con las respuestas a nivel nacional. Una razón adicional es que el propósito de la región de convertirse en una de las economías basadas en el conocimiento más competitivas y dinámicas no está marchando por buen camino, en comparación con la sociedad estadounidense y la región asiática.

Uno de los aspectos más relevantes del contenido del FP7 es que propone incrementar su presupuesto en aproximadamente diez mil millones de euros cada año entre el 2007 y el 2013, cabe advertir que el presupuesto del programa actual es de alrededor de 17.5 mil millones de euros para todo el periodo (2002-2006).

Además, propone cuatro líneas específicas. La primera se refiere al tema de la cooperación entre la industria y las instituciones de investigación. Los apoyos, dice, serán otorgados fundamentalmente a actividades de investigación que tienen una base de cooperación transnacional y en áreas temáticas ya identificadas. Son nueve áreas: salud; alimentación, agricultura y biotecnología; tecnologías de la información y la comunicación; Materiales y nueva producción de tecnologías, nanociencias y nanotecnologías; energía; ambiente; transporte; humanidades y ciencias socioeconómicas; y seguridad y espacio.

La segunda línea es sobre las ideas e incluye la propuesta de crear un "Consejo de Investigación Europeo", autónomo, para apoyar investigación de punta en todos los campos científicos y tecnológicos (incluye las humanidades, las ciencias socio-económicas y las ingenierías), sea que se realice en equipos de investigación o individualmente, pero que sean competitivos a nivel europeo.

La tercera línea se refiere a las personas y esencialmente es una continuación y mayor impulso de un subprograma vigente (Marie Curie) que apoya la formación, movilidad y el desarrollo de prospectos de carreras de investigadores.

Finalmente, la cuarta línea se propone como objetivo desarrollar capacidades de investigación, con el fin de que la comunidad científica europea cuente con las mejores capacidades posibles a su servicio. El apoyo incluye, entre otros aspectos, infraestructura de investigación (The Research infraestructures in FP7. 29 Octuber 2004. www.cordis.lu), grupos de investigación conducidos regionalmente, investigación para pequeñas y medianas empresas, y aspectos clave de ciencia y sociedad.

Uno de los aspectos novedosos del FP7, aparte del volumen de recursos que está proyectando y la creación de un Consejo de Investigación Europeo, es que intenta simplificar su operación, adaptarse en mayor medida a las necesidades de la industria y desarrollar "regiones de conocimiento". En este último caso, plantea agrupar actores regionales involucrados en actividades de investigación, como los centros de investigación, la industria y las autoridades públicas (consejos o agencias de desarrollo regionales).

El debate sobre lo que propone el FP7 se desarrollará en los próximos meses y habrá que esperar los términos en los que queda aprobado por el Consejo y el Parlamento Europeo, más por lo que resultará del referéndum sobre el tratado constitucional de la UE a realizarse en este y el año próximo en esa región. Sin embargo, por una parte, cabe advertir el papel asignado a la ciencia y la tecnología para impulsar el desarrollo, así como el intento de diseñar una estrategia para enfrentar los retos a nivel regional, dado que se reconoce la insuficiencia de las respuestas a nivel nacional. Por otra parte, la capacidad de revisión y rectificación de metas, al igual que la preocupación por impulsar planes conjuntos a mediano y largo plazo.

La formación de bloques regionales es una tendencia en curso y cabría preguntarnos cuáles han sido nuestras prioridades, cuáles nuestras capacidades y qué perspectivas tenemos en la reordenación. Las asimetrías en materia de ciencia y tecnología en la región latinoamericana son más pronunciadas que en la europea, pero ¿acaso no habrá iniciativas para intentar esfuerzos conjuntos? Desafortunadamente, a la vista de los acontecimientos recientes en materia política, no se puede ser optimista al respecto.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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