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Rechazados, por todo el país
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm 94 [2004-08-26]
 

El problema de los rechazados de primer ingreso a la universidad se repite en la mayor parte de los estados, no es privativo del Distrito Federal aunque en la capital alcanza su mayor expresión numérica. En la Universidad de Guadalajara, para tomar un primer ejemplo, existe un cupo de primer ingreso de diez mil lugares en números redondos. En el presente, la demanda de ingreso supera a los 25 mil aspirantes cada año. Según la prensa local, en la apertura del calendario escolar 2004-A fueron rechazados 16 mil 870 solicitantes, lo que significa que por cada estudiante que ingresó hubo 1.5 que no lo consiguieron (Mural, 23 de enero 2004, nota de Pedro Mellado).

En Jalisco la oferta privada para estudiantes de primer ingreso a licenciatura ha alcanzado un nivel sobresaliente. Según el anuario de ANUIES de 2002, el primer ingreso de ese año en IES públicas de la entidad alcanzó un total de 12,525 estudiantes, contando los nuevos alumnos de la UdeG y los inscritos en instituciones tecnológicas públicas. El mismo año, el sistema privado registró una matrícula de primer ingreso de 12,086 estudiantes. Seguramente las cifras de 2004 mostrarán superioridad numérica de la matrícula privada porque, en los últimos años, se ha estancado la expansión del segmento público y, en cambio, la oferta privada ha mostrado gran dinamismo en la capital del estado. Para acabar de complicar el escenario, la opción de estudios en escuelas normales públicas mantiene congelada su oferta de nuevas plazas y cada año crece el número de rechazados en esa modalidad.

Otro caso, la Universidad de Guanajuato. Esa institución tiene cupo para mil quinientos estudiantes de primer ingreso, repartidos entre la capital del estado y el conjunto de escuelas descentralizadas. La actual demanda de nuevo ingreso supera los 3,500 aspirantes, y pese a que la institución ha procurado la apertura de nuevas carreras (sociología, administración pública, desarrollo regional), más de la mitad de los solicitantes son rechazados (Universia, 15 de julio 2004). Al igual que en Jalisco, aunque con un perfil mucho más acusado, la carencia de opciones en el sistema público ha alentado la expansión de la modalidad privada. En Guanajuato, el total de lugares de primer ingreso para licenciaturas públicas es de 3 mil 711, mientras que la oferta privada rebasa cómodamente la cifra de 10 mil lugares (ANUIES, 2002).

Por su parte, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla tiene un cupo de primer ingreso cercano a los diez mil lugares y una demanda que se acerca a 30 mil aspirantes. Con una tasa de rechazo de dos de cada tres postulantes en la universidad pública, se repite el patrón de privatización de la oferta presente en otras entidades, de tal manera que la oferta de IES públicas de primer ingreso a licenciatura es casi exactamente la misma que la oferta privada de primera inscripción. Ambos subsistemas ofrecen aproximadamente 13 mil plazas de nuevo ingreso.

También es de interés el caso de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en la cual, según fuentes locales, se vive un serio problema de incremento no esperado de la demanda, por el registro de aspirantes provenientes de los estados vecinos (Jalisco, Guerrero, Guanajuato, Querétaro y Estado de México) que buscan oportunidad en la UMSNH tras ser rechazados en las universidades públicas de sus entidades (Cambio de Michoacán, 23 de agosto 2004). En la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca también han comenzado a hacerse presentes reclamos por la falta de cupo en la universidad pública, particularmente en las carreras más demandadas.

Además de las mencionadas, las universidades públicas de Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Ciudad Juárez, Durango, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, presentan indicadores de rechazo superiores al 55 por ciento de la demanda. Más bien es excepción el caso de universidades que consiguen recoger a la mayor parte de los candidatos con el bachillerato concluido. En la entrega de la semana pasada mostramos que la situación en la UNAM, el IPN y la UAM es todavía más aguda.

Una estimación gruesa del problema indicaría que de cada dos estudiantes que concluyen el bachillerato y buscan continuar estudios en universidades públicas al menos uno es rechazado por el sistema. Considérese ésta una mera aproximación porque, por un lado, no hay una estadística pública que concentre los datos sobre candidatos y aceptados, no obstante ser un indicador de primera importancia. Por otro, las cifras de aceptación-rechazo por carrera definen un panorama aún más preocupante al mostrar que, en la mayoría de las instituciones públicas, las posibilidades de acceso a las carreras tradicionales han disminuido constantemente en los últimos años.

Es demostrable que la “saturación” de la matrícula en las profesiones liberales obedece, principalmente, a que las instituciones privadas concentran su oferta en un repertorio muy reducido de carreras. Paradójicamente, se insiste a las universidades públicas que limiten el cupo en las mismas carreras mermando, en la práctica, el derecho de elección profesional de los estudiantes de menores recursos.

Aumenta el número de rechazados y el sistema universitarios se privatiza ¿un rasgo más del modelo “con rostro humano” del régimen?


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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