MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

Normar el otorgamiento de becas
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 92 [2004-08-12]
 

La discusión acerca de los recursos financieros para el año próximo ya inició –aunque el gobierno federal entregará el paquete económico al Congreso hasta el 8 de septiembre- pero los problemas con el presupuesto de este año todavía no han concluido. No todas las dificultades de los sectores educativo y científico tienen relación con recursos pero, al parecer, es uno de los ingredientes principales en los conflictos.

El más reciente se refiere a la supuesta intención del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de reducir las extensiones de beca a estudiantes de doctorado en Francia. Según una carta de protesta firmada por becarios en ese país, Conacyt les informó que no les prorrogará la beca más allá de los plazos previstos en el reglamento de becas y la extensión solamente comprendería uno, tres o seis meses (La Jornada, 28/07/04)

El reglamento de becas vigente señala que el periodo de beca cubre dos años para maestría y tres para doctorado, si es que la primera fue cursada con beca de Conacyt, en caso contrario, la beca para el doctorado cubriría hasta cinco años.

Los becarios inconformes argumentan que Conacyt ignora las políticas institucionales de las universidades en Francia, donde las inscripciones sólo pueden realizarse anualmente y que se llevarse a cabo la reducción prevista, se lesionará su situación académica y varios no podrán concluir sus estudios.

Al parecer, los plazos que solicita cada becario son diferentes, pero en todo caso mayores a los seis meses que plantea Conacyt. Lo más sorprendente es que el Consejo no ha informado cuál es la situación: ni oficial ni públicamente ha expresado su posición sobre los señalamientos de los becarios.

Las últimas cifras disponibles del propio Conacyt muestran que en el año 2002 había 12 mil 371 becarios, de los cuales, 76 por ciento eran becarios nacionales y el resto becarios en el extranjero.

Las cifras incluyen tanto a los nuevos becarios como a los que continúan sus estudios. Así, en el caso de los becarios en el extranjero, para el mismo año eran 2 mil 8 que continuaban sus estudios y se agregaron otros 964; un total de 2 mil 972 becarios fuera del país. Si los separamos por naciones, en Estados Unidos está la mayor parte (31 por ciento), le sigue Gran Bretaña (26 por ciento), Francia (14 por ciento) y España (13 por ciento); 14 por ciento de becarios en Francia representa a 425 becarios.

Aunque el problema de la cantidad no es el central –tan importante es la trayectoria de un becario como la del conjunto-, convendría saber si el problema es compartido por todos los becarios de Francia o, incluso, por todos los becarios ene l extranjero. Más aún, tal vez la situación sea más grave para el centenar que está en Alemania o los dos que están en Singapur.

En diferentes ocasiones hemos señalado que la política de becas del Estado mexicano ha sido muy benevolente –lo que ha dado pie, incluso, a francos dispendios- pero al mismo tiempo también ah sido errática y poco clara.

Particularmente, la política de becas de Conacyt ha ido de un extremo sumamente laxo a otro francamente punitivo: de un desconocimiento de quiénes son sus becarios a otro en que ha intentado delimitar el espectro de instituciones de destino en el extranjero, limitar la beca estrictamente al ciclo escolar, utilizar procedimientos mercantiles para la asignación, suspender la beca por errores de procedimiento.

En esta administración, como también ya hemos indicado en otra oportunidad, se intenta cambiar el reglamento de becas para modificar los procedimientos de ingreso laboral de los exbecarios, y recientemente Conacyt anunció que las becas al extranjero se reducían en 70 por ciento para este año.

Lo notable es que cuando se ponen en marcha estas acciones se hacen en forma indiscriminada, sin distinguir área de conocimiento, tipo de becarios, región geográfica, requerimientos institucionales, desempeños, entidades, etcétera. Igualmente, la mayoría de las ocasiones en que está en curso una acción punitiva es porque los recursos financieros disponibles son insuficientes o es el rubro sobre el que más fácilmente se pueden hacer economías.

Otro aspecto a señalar es la intervención de los diputados en el actual problema de los becarios. Una docena de diputados, entre cuyos firmantes estaban los presidentes de las comisiones de Educación Pública y Servicios Educativos, Ciencia y Tecnología, y Cultura, dirigieron una carta abierta a los secretarios de Educación Pública, Hacienda y Crédito Público, así como al director de Conacyt, en la que expresan su “más enérgica protesta” por la acción de Conacyt de reducir la extensión de las becas y solicitan que ese organismo gestiones ante la SHCP el “presupuesto necesario para otorgar la ampliación de las becas” (Reforma, 06/08/04).incluso, sugieren que Conacyt podría tomar recursos de los fondos sectoriales y mixtos para financiar las becas.

La participación de los diputados es sorprendente por varias razones. Por una parte, parece que el problema con los becarios es realmente de dimensiones extraordinarias, al grado que podría ser necesaria una partida extra del erario o tomar recursos de otros programas en curso, o bien, puede ser que la apreciación de los legisladores sea errónea.

Ambos aspectos son responsabilidad de los legisladores y también son centrales en el problema de los becarios, como en tantos otros del campo educativo y científico. La solución no depende exclusivamente de los legisladores, pero su participación tendría que ser notoria.

Tal vez sería conveniente resolver en forma definitiva, al menos en su aspecto normativo, el importante asunto de los montos y las formas para el otorgamiento de becas, en lugar de avanzar y retroceder en diferentes direcciones.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter