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OCDE: ¿evaluación del aprendizaje en el nivel superior?
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 417 [2011-06-02]
 

En junio de 2006, en la reunión de ministros de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), celebrada en Atenas, Grecia, el actual secretario general del organismo, José Ángel Gurría, apenas estaba por cumplir un mes en el cargo. También fue el primer encuentro ministerial del entonces nuevo funcionario y los temas a resolver se referían a la equidad, eficiencia y calidad en la educación superior.

En el discurso que pronunció el secretario, al referirse a los retos educativos, planteó la posibilidad de crear un “PISA para la educación superior”, pues la OCDE, dijo, tenía el expertise, la metodología y sabía cómo reunir la información relevante. Al parecer, después de múltiples reuniones, documentos y convenios, el proyecto podría estar listo el año próximo.

La prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, por sus siglas en inglés) clásica evalúa a los jóvenes de 15 años y valora qué tan preparados están para desempeñarse con éxito en el futuro. La edad de los estudiantes coincide con la terminación de la educación básica y los contenidos de ésta son relativamente homogéneos prácticamente en cualquier país.

El nuevo proyecto que desde hace seis años está en marcha para la educación superior, tiene como objetivo a egresados de sectores institucionales muy diversos y con conocimientos disciplinarios y profesionales muy variados, por lo que la heterogeneidad parece ser el primer obstáculo para el diseño de una prueba a gran escala para este nivel educativo.

En virtud de las diferencias del nivel superior, al año siguiente de la reunión ministerial se integró un grupo de expertos con el fin de resolver el diseño e implementación de un estudio de factibilidad del proyecto para evaluar los resultados de aprendizaje en la educación superior, el cual fue denominado Assesing Higher Education Learning Outcomes (AHELO).

El estudio de factibilidad estaba centrado en resolver dos asuntos básicos: a) probar si científicamente era posible una comparación confiable de los logros en educación superior entre países, y b) probar si una evaluación válida podía ser prácticamente implementada en el interior de las instituciones. Además, el estudio debía considerar las diferencias culturales y lingüísticas, por lo cual tendría que incluir distintos países y, por lo menos, tres lenguajes diferentes.

Obviamente, uno de los puntos más importantes del estudio se refería a ubicar los elementos comunes de habilidades y conocimientos en la educación superior, por lo que debería resolver cuáles eran los logros deseables de este nivel educativo y, además, que lo fuesen para diferentes culturas, sobre todo porque habilidades como pensamiento crítico y solución de problemas podrían no tener la misma importancia para los diferentes países.

El grupo de expertos continúa reuniéndose —ha celebrado una reunión plenaria por año desde 2007 y sólo el año pasado se convocó en dos ocasiones— para avanzar en las definiciones y en los eventuales componentes del proyecto AHELO. De hecho, conforme han transcurrido las etapas, han desclasificado los documentos en los que se expresan los acuerdos y los ejes principales del proyecto, como se puede constatar en su página web.

De acuerdo con el reporte de avance más reciente, difundido el mes anterior, el estudio de factibilidad ya desarrolló en su primera fase (enero 2010 a abril 2011) esquemas provisionales de evaluación y probó instrumentos en un contexto internacional para cada uno de los tres ejes de trabajo: habilidades genéricas, economía e ingeniería.

En la segunda fase del proyecto, que se extenderá hasta diciembre del año próximo, pilotearán los tres instrumentos en pequeña escala, para evaluar habilidades genéricas y dos disciplinarias (ingeniería y economía).

Por cierto, los esquemas de evaluación de las dos disciplinas fueron desarrollados por la asociación Tuning. La idea —de acuerdo con los planes del grupo de expertos y anotan que solamente en caso de existir financiamiento— será aprobar los instrumentos en una decena de instituciones de educación superior en cuatro o cinco países de diferentes lenguajes, culturas y características geográficas, para calibrar la validez y confiabilidad internacional de los instrumentos utilizados.

Además, el grupo de expertos señala que “como parte de la evaluación, se recogerán datos contextuales y aproximaciones indirectas a la calidad para agregar dimensiones analíticas esenciales a AHELO y enfatizar el peligro potencial de conducir una evaluación de resultados sin tomar en cuenta características sistémicas, institucionales e individuales”.

A finales del año próximo sabremos acerca de la viabilidad o no de realizar una evaluación internacional de los resultados de aprendizaje en el nivel superior. Aunque el proyecto no ha corrido velozmente, tampoco se ha detenido y se ha destacado que existen indicadores genuinos, los cuales muestran la factibilidad de poner en marcha a AHELO. La aplicación no es inminente, restan múltiples escollos de contenidos disciplinarios y de convencimiento de autoridades y comunidades académicas. Si fuera el caso, ¿cuáles serían sus efectos?


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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