MOTOR DE BÚSQUEDA PARA ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

Autor  Periódico  Año 
Mostrar Introducción

Los diputados y la ciencia en México
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 85 [2004-06-17]
 

Hoy se acepta., casi sin discusión, que la capacidad científica y la aplicación del conocimiento son fundamentales para que un país consiga sus objetivos de desarrollo, avance en su ubicación dentro del conjunto de naciones, refuerce su identidad y mantenga su soberanía. Asimismo, el análisis comparativo muestra que las sociedades que han alcanzado un mayor grado de desarrollo sostuvieron una política consistente para fortalecer a las instituciones de educación superior.

Nos damos cuenta, por otra parte, que vivimos en un México agobiado por un sinnúmero de problemas donde los más importantes son sociales, económicos, políticos y culturales. Entonces, estamos en un momento de nuestra historia en que se necesita hacer un esfuerzo mayor para impulsar a la ciencia y a la tecnología. Y más a las humanidades y a las ciencias sociales, por que sin su concurso no podremos dar el salto que verdaderamente transforme al país. Ojalá que esto último terminaran por entenderlo de una vez por todas, los encargados de tomar decisiones en estas materias.

Hace aproximadamente medio siglo, para dar una referencia, quienes conducían a las instituciones educativas, y todavía bajo el influjo de la filosofía revolucionaria, habían llegado a la sabia conclusión que las universidades públicas no sólo debería enseñar la ciencia sino también crearla. De otra manera nos quedaríamos como repetidores y pidiendo prestado un conocimiento que tal vez no nos serviría.

Por aquellos tiempos, en las universidades públicas comenzaba a ser evidente la inutilidad de educar a los estudiantes sin aportarles conocimientos e instrumentos científicos. Ya se apreciaba que el conocimiento aprendido quedaría obsoleto en cuestión de años y que la producción de ciencia propia es un proceso de renovación permanente de las instituciones de educación superior.

Hoy es extraño que los diputados pidan que se les convenza para qué sirve hacer ciencia, que quienes intercambian propuestas y negocian los presupuestos con ellos nos pidan a los académicos que presentemos argumentos e indicadores de “impacto” para sensibilizarlos de las bondades de nuestro trabajo.

Como muchos otros, aun cuando no lo digan, han hecho eco en una tesis cuestionable: que el bienestar es material y que el progreso de la sociedad proviene estrictamente del avance tecnológico. Esta visión limitad no comprende que sin buena investigación no se alcanza ni bienestar ni progreso. Así, es incomprensible el estímulo tan escaso a la actividad científica y tan grandes las exigencias que se nos hacen a los investigadores. En la Cámara hay quienes parecen ignorar la historia y las necesidades de conocimiento que en el presente tenemos los mexicanos para abrirnos opciones de futuro.

Actualmente requerimos darle una dimensión más amplia a la política de la ciencia. Entender que las universidades e instituciones de educación superior públicas son las piezas claves en el desarrollo científico y en un pensamiento propio para que el país sea menos desigual y una nación a la altura de las circunstancias mundiales.

Hay cinco dimensiones para la acción política que requieren estar estructuradas. Las capacidades institucionales y personales de los investigadores, el financiamiento, la presentación pública de resultados y la traducción de los mismos a sectores u organizaciones sociales interesados en ellos. La fortaleza de las instituciones está asociada a un mejor perfil académico de los investigadores, a más resultados originales y a las capacidades para adquirir recursos adicionales.

Estos nexos están mediados por la gestión para proyectar a la academia, administrarla y vincularse con el entorno, así como también por la cultura académica prevaleciente en las instituciones.

Es indispensable que la política enfoque en primer término a las instituciones; considerar a cada una como centro de su atención por ser la unidad más inclusiva de la actividad científica. Es importante no cejar en el propósito de desarrollar la ciencia en México por caminos que le permitan brindar mejores frutos. Ciertamente, el crecimiento material es importantes (no queremos desnutridos), pero además habrá que reconocer que hay fines en el progreso de la sociedad igualmente trascendente.


Instituto de Investigaciones Económicas
Seminario de Educación Superior
TEL: 56650210, FAX: 56230116
webmaster@ses.unam.mx
Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

Free Blog Counter