La universidad es el sitio privilegiado de las humanidades, pues una de las principales funciones y responsabilidades de la institución es mantener una presencia crítica ante la sociedad para hacerla avanzar. El cultivo de estas disciplinas es el que marca la diferencia entre esta institución y otras dedicadas a la educación superior. A través de las humanidades se aprende a reflexionar y se adquieren valores como la paz, la justicia y la libertad. También a dialogar, discutir y debatir con respeto. Producen conocimiento del pasado para saber de dónde viene la sociedad y cuáles han sido sus tradiciones y su arte. En pocas palabras, transmiten cultura, la reservan e interpretan, y permiten a la universidad contribuir al proyecto de nación.

El propósito más importante de la universidad es formar a las nuevas generaciones para crear futuro. El uso público que hace esta institución de las humanidades a través de cursos, foros, conferencias y nuevo conocimiento es crucial para alcanzar disciplina en el estudio, formar el carácter y la mente de los jóvenes, así como para ampliarles sus posibilidades de realización en el mundo del trabajo, la familia y la convivencia con los demás.

Las humanidades son un espacio intelectual de socialización y creación de identidades. Van directo a la persona para que lea, escriba, reflexione, haga juicios morales y se ubique en el entorno de su país y de la comunidad de naciones.

Las humanidades desde la universidad son fundamentales en la construcción de sociedades democráticas. Educan para generar ciudadanía y una participación responsable en los asuntos públicos y en las decisiones que afectan a la colectividad. La libertad política, que se resalta desde los clásicos, es una condición para ejercer la capacidad de elección en el juego partidario. Y las habilidades reflexivas sirven para que los ciudadanos sean concientes de los problemas que enfrenta el Estado y puedan elucidar si las soluciones que ofrece son adecuadas, lo que resulta clave para alcanzar mayor eficiencia en el ejercicio del gobierno y para la alternancia en el poder.

La universidad es el lugar que reúne distintos tipos de conocimiento mediante los cuales se comprende el mundo. En ella se conjugan las humanidades, las ciencias naturales y las sociales. Entre éstas se desatan intereses comunes de conocimiento que las impulsan a mezclarse para generar descubrimientos más amplios y sustantivos con el fin de resolver problemas que afectan a la sociedad. Ciencia y cultura coexisten en el campus. La filosofía y las matemáticas dialogan, lo mismo que el derecho y la genética. En su intersección hay un ejercicio de autorreflexión académica del cual surgen energías para el desarrollo de las disciplinas ye l conocimiento. Enfoques humanísticos más avanzados para la ciencia y sus aplicaciones en la sociedad.

En un mundo globalizado y complejo, dentro de una sociedad como la mexicana profundamente desigual, las humanidades en la universidad otorgan recursos intelectuales para mirarnos hacia adentro y a la vez para entender y participar en los acontecimientos contemporáneos que ocurren fuera de nuestras fronteras. En este sentido son esenciales para los propósitos nacionales de equidad y de competencia internacional. En el contexto actual, es indispensable el manejo del tiempo y el espacio que brindan la historia y la geografía. La literatura provee contenido a ambas dimensiones.

En fin, todos deberíamos trabajar para que la universidad siga siendo la depositaria de los valores que propagan las humanidades y el humanismo. Para que la universidad lleve a la población el conocimiento de sus raíces y del mundo antiguo, porque sin éste no se puede hablar de personas cultas, colaborar para elevar la expresión oral y escrita de quienes han tenido poca educación mediante la lectura de grandes obras universales.

Mejorar la vida moral y auspiciar la reflexión ética. Enseñar lo que son las humanidades a los jóvenes estudiantes de todas las carreras y a quienes no pudieron asistir a nuestras aulas es recobrar una de las funciones sociales más nobles de la universidad y establecer vínculos estrechos con la sociedad, que tanto se demandan.