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Coordinar e integrar la educación superior
Humberto Muñoz García
Campus Milenio Núm 227 [2007-06-07]
 

En el ambiente académico hay acuerdo en que es prioritario construir un Sistema de Educación Superior (SES) que funcione de una manera coordinada. Entendiendo que dicho sistema se compone de segmentos institucionales, cada uno de los cuales requiere de sus propias políticas y estrategias. Aquí me voy a referir, sobretodo, a las universidades públicas.

La creación de un sistema parte de tres aspectos que son centrales: la calidad, la expansión de la oferta para dar cabida a una mayor cobertura y el federalismo, que implica la descentralización en la toma de decisiones.

Una política de confección y coordinación del SES es crucial porque permitiría favorecer el aumento de la calidad educativa y de la investigación mediante la colaboración interinstitucional. En el Sistema ocurriría la complementariedad de esfuerzos y se compartiría el capital intelectual. Se buscaría que una de sus características fuera la fluidez para abrir paso a la movilidad de recursos académicos y de personas con lo cual se gestan más posibilidades de atención a la demanda, pero también de acercamiento a los cambios de la ciencia y la tecnología.

Otra ventaja de dicha política, ante un juego de más actores, sería el que se establecieran nuevos mecanismos de negociación conjuntos, más eficaces, con los gobiernos federal y estatal. En una lógica sistémica es posible que se articulen de mejor forma los intereses de cada uno de los componentes en sus distintos niveles de agregación.

El federalismo, como lo hemos mencionado varios autores, significaría hablar de treinta y dos subsistemas estatales de educación superior, integrados y regulados por el Sistema nacional bajo principios rectores, que al dinamizar el conjunto estimulen la dinámica de las partes.

Desde el ángulo de lo local, se promovería que las instituciones, en particular las universidades públicas, sirvan como agentes del desarrollo; una forma de vinculación más estrecha con el entorno social. Sin duda, estos propósitos y todo el engranaje del Sistema impulsarían cambios a la organización de cada institución según posibilidades y tradiciones, para dar respuesta a las demandas educativas y sociales emergentes que son distintas en cada lugar del país.

Por otro lado, en un Sistema coordinado e integrado, las instituciones de mayor peso, como la UNAM, intervendrían para que las demás adquieran más fuerza académica. Mediante mecanismos de colaboración y redes de cooperación, y siendo una parte más del Sistema, podría compartir su fuerza intelectual y su capital cultural.

Le corresponde, en primera instancia, a la UNAM jugar este papel, que es sustancial para revitalizar su carácter nacional. Coadyuvar para que las universidades con menos capacidades intelectuales mejoren sus procesos docentes y de investigación. Y prestar apoyos significa que la UNAM se organice para dicha tarea y para lograr un acoplamiento más adecuado con un Sistema complejo y estructurado en subsistemas estatales que van a contar con instituciones que irán sobresaliendo en campos específicos del conocimiento, que es una arista más de la diversidad.

Estamos en una época en que se crean espacios comunes entre las universidades, en que la cooperación y la interacción institucional es el modo que permite superar al conjunto, por libre voluntad de asociación conforme a la autonomía, que de ninguna manera es un impedimento para construir o coordinar el SES.

Hoy las universidades públicas necesitan ponerse a la vanguardia académica. Tienen una responsabilidad social compartida para que en todo México se eleve la competitividad, se reduzca la desigualdad social y se consiga una forma de vida democrática. Por ello es que se vuelve indispensable trabajar con ahínco para que se construya un sistema coordinado de educación superior.

Aparte. Se ha dicho, con fundamento, que los sistemas de evaluación que se aplican no han servido. Con motivo del día del maestro, el 15 de mayo pasado, se hicieron públicos los resultados de un estudio. Señala que el programa de carrera magisterial no ha tenido impacto en el aprovechamiento académico de los maestros. Mantener bajos los salarios para deshomologar por la vía de los estímulos, mediante puntos en una serie de dimensiones, no es un método adecuado para lograr una mejor calidad de la enseñanza. Y mientras no se le dé la vuelta a este asunto, al multichambismo y a los frenos que pone el SNTE, difícil es creer que tendrá éxito una reforma educativa que produzca "un profundo amor a nuestra patria".


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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