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Ampliación del gasto científico
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 347 [2009-11-26]
 

La reforma al artículo 74 constitucional en 2004 estableció el 15 de noviembre como fecha límite para que los diputados aprueben el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Este año no fue el caso. Los legisladores se tomaron dos días más y una semana después el detalle de las cifras no cuadraba.

¿Es grave el incumplimiento del plazo? Las opiniones se dividen al respecto. Lo cierto es que no parece tener consecuencias legales ni prácticas infringir el 74 constitucional. Tampoco debemos llamarnos a sorpresa. Lo mismo ocurre con otros ordenamientos constitucionales y leyes secundarias.

Tal vez lo más grave del incumplimiento es que revela improvisación y negociaciones atropelladas en tareas sustantivas. También muestra, en cierta medida, la insuficiencia de la reforma constitucional de 2004: el PEF no estuvo ni en tiempo ni en forma. Punto.

En el caso del presupuesto para ciencia y tecnología, los diputados modificaron al alza la propuesta de gasto del gobierno federal. El cambio, como ha ocurrido en años anteriores, era esperado, pero los rubros y cifras muestran descuido e improvisación.

El proyecto de gasto que entregó el gobierno federal proponía para 2010 un total de 15 mil 498.5 millones de pesos para el Conacyt (ramo 38). Una cifra menor en 24 millones de pesos, en términos corrientes, respecto del gasto autorizado en este año. La crisis económica mundial y su repercusión nacional fueron la justificación (PEF. Estrategia Programática: 2).

El programa de becas, el Sistema Nacional de Investigadores y los centros públicos de investigación quedaban a salvo de la reducción. Entonces, los fondos concursables y otros programas serían los afectados.

Agrupaciones del sector, como aquí lo comentamos en su oportunidad (Campus 345), habían solicitado a los diputados incrementar en alrededor de 900 millones de pesos los recursos para fondos concursables y otros mil 300 millones para iniciativas muy específicas, como el acceso universal a revistas científicas, la puesta en marcha del Gran Telescopio Milimétrico o la construcción de la sede del Instituto Nacional de Medicina Genómica.

A su vez, el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de los diputados, Reyes Tamez Guerra, ex secretario de Educación en el gobierno de Vicente Fox y ahora diputado por el partido Nueva Alianza, había señalado que la reducción en la propuesta del gobierno federal, en términos reales, era de alrededor de 800 millones de pesos y solicitaba a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública —la encargada de elaborar el dictamen general del PEF— un incremento de 4 mil 678 millones para el sector (El Economista, 10/11/09: 6).

Al final, los diputados aprobaron un gasto para el Conacyt de 15 mil 957 millones de pesos. Esto es, 458 millones de pesos más de lo propuesto por el gobierno federal (aunque el monto reasignado fue de 720 millones de pesos). Una cantidad que resarció el recorte original, aunque lejana de las solicitudes recibidas. El gasto para todo el sector (considerando las erogaciones de las diferentes secretarias) se conservó en la misma cifra que había previsto el gobierno federal: 43 mil 517 millones de pesos.

La reasignaciones fueron: 390 millones para fondos mixtos; 120 millones para el Gran Telescopio Milimétrico; 100 millones de pesos para centros de tecnología y aprendizaje del Estado de México (un proyecto similar a los llamados centros comunitarios digitales); 50 millones para un laboratorio del Centro Regional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica; 50 millones para investigaciones en el Centro "Mario Molina", y 10 millones para la Agencia Espacial Mexicana. En total, 720 millones de pesos.

Es decir, las reasignaciones parcialmente le hicieron caso a la solicitud de organizaciones del sector, particularmente en lo referente a fondos concursables, el telescopio, los centros de investigación y la agencia espacial. Lo que llama la atención son los 100 millones de pesos para centros digitales en el Estado de México, un proyecto por el cual aparentemente nadie se había pronunciado. Tal vez no hacía falta, considerando que el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública proviene de la misma entidad.

La improvisación en la negociación del dictamen del PEF provocó múltiples errores, de modo que fue necesaria la publicación de una fe de erratas de casi medio centenar de páginas. En el caso de ciencia y tecnología, en lugar de los 100 millones que se habían destinado en general a los centros públicos de investigación, se aclaró que se dividía tal cantidad para dos centros específicos. Sin embargo, persiste un error, el anexo general del dictamen del PEF dice que se amplía por 740 millones el gasto al Conacyt (anexo 22), pero cuando especifica las ampliaciones, anota que son 720 millones de pesos (anexo 27). ¿Cuál cifra tomará el decreto? En el volumen del presupuesto general y sectorial, los rubros de ampliación y la diferencia de 20 millones no son muy significativos, pero muestran los equívocos y cierto desorden en el diseño del PEF. Ah, los diputados; tarde y mal.


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