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Oaxaca: la instalación del Cocyt
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 324 [2009-06-11]
 

En México, la creación de organismos estatales responsables de las actividades científicas y tecnológicas ha sido paulatina, aunque particularmente acelerada en la década reciente. Oaxaca, finalmente, se sumó al total de entidades federativas que tienen este tipo de consejos. La estructura es similar a los anteriores, lo sorprendente es que el director del Conacyt, Juan Carlos Romero Hicks, mencionara como rasgo más notable que el organismo estará encabezado por el gobernador; la mayoría lo está y no ha sido condición especialmente significativa, como en esta columna lo hemos reiterado. Lo cierto es que ya están todos los consejos. Claro, ahora falta verlos en operación. Nada más.

La creación del total de organismos fue una de las metas de la anterior administración. No obstante, al término del sexenio quedaron pendientes Chihuahua, Tlaxcala, Oaxaca, Distrito Federal y Sonora. Poco a poco se fueron incorporando en esta administración. Aunque la instalación para la mayoría de los estados se ha dado por buena nada más con la publicación de la respectiva ley estatal de ciencia y tecnología.

En el caso de Oaxaca, se emitió la Ley de Ciencia y Tecnología el pasado 12 de abril, al final del mes anterior se instaló el Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología (Cocyt) y la semana anterior emitió su primera convocatoria.

En la instalación del Cocyt, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, indicó lo que desafortunadamente es la característica más sobresaliente de la entidad: el rezago y la marginación. Por supuesto, dijo, el nuevo organismo llevará a superar tal atraso. Además, acorde con el tema de la temporada, señaló que para la entidad se abría una nueva etapa para la innovación y mencionó que las instituciones de educación superior del estado harían “causa común con el consejo” (boletín 34/09).

A su vez, en su turno, el director del Conacyt destacó la trayectoria en ciencias sociales de Oaxaca y el potencial tecnológico en energía eólica. Y respecto del Cocyt, señaló que “no es común que el gobernador sea presidente del consejo, lo que significa capacidad de convocatoria y visión hacia el futuro”.

Sin embargo, de acuerdo con las diferentes leyes estatales, por lo menos 25 entidades tienen un comité o junta directiva de consejo encabezada por el gobernador de la entidad. Es el mismo principio organizativo que anima, en el ámbito federal, al Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, cuya presidencia ocupa el presidente de la república.

Como ocurre en otros ámbitos de la administración pública, casi siempre se trata de reproducir en el ámbito estatal el mismo esquema y dispositivo propuesto por la federación. Esto se debe un tanto, seguramente, a la arraigada tradición centralista en el país y otro tanto a la ausencia de capacidades y equipos técnicos locales, lo cual lleva a reproducir lo que está en operación o sugiere la federación.

Del total de entidades federativas, solamente las normatividades de Baja California, Chiapas, Morelos y Nayarit, expresamente señalan que la titularidad de la Junta Directiva del consejo será ocupada por el secretario de Educación, el de Planeación o del sector correspondiente. Es decir, no siguieron el principio de la federación, por lo menos en lo que se refiere a la máxima autoridad del órgano sectorial.

Un caso aparte es el de Puebla, que estableció dos figuras para presidir la Junta Directiva, tal vez en previsión de la complicada agenda del gobernador, así que su dirección tiene al gobernador como presidente honorario y al secretario de Educación como presidente ejecutivo. Obviamente, éste suple todas las ausencias del gobernador.

También hay casos, como los del Estado de México, Hidalgo o San Luis Potosí, que son más bien ambiguos respecto de quién debe presidir el consejo y dejan la decisión a los ordenamientos secundarios.

Oaxaca —junto con Guerrero e Hidalgo— ha sido una referencia recurrente en las estadísticas del atraso y los problemas. El nivel de escolaridad promedio no llega a cubrir la primaria, alrededor de 20 por ciento de su población es analfabeta (ocupa el tercer lugar en el índice nacional de analfabetismo) y su cobertura en educación superior es de alredor de 16 por ciento del grupo de edad (obviamente, muy por debajo de la media nacional).

En la entidad, la oferta educativa en el nivel superior está compuesta por cerca de 40 instituciones (sin contar escuelas normales) y sólo en 13 de ellas se pueden cursar estudios de posgrado. Sin embargo, de acuerdo con la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación, la investigación científica y tecnológica solamente se realiza en cuatro instituciones.

En fin, el recientemente instalado Cocyt tiene frente a sí retos enormes y las capacidades estatales están por construirse. Por lo pronto, comenzará con alrededor de 25 millones de pesos para apoyar proyectos. Ah, y sí, el gobernador presidirá la Junta Directiva.


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