El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el organismo rector de las políticas en la materia, tras casi año y medio de esta administración, todavía no dice qué lineamientos seguirá en este período. Probablemente, después de los recientes reacomodos de sus funcionarios, ya estará en condiciones de formular y comunicar su programa sectorial.

El director general de Conacyt, Juan Carlos Romero Hicks, anunció la semana pasada que propondrá a la Junta de Gobierno del organismo, la máxima autoridad, la ratificación de un paquete de cambios de funcionarios que involucran principalmente a las direcciones adjuntas (Comunicado 11/08). Los cambios son relevantes porque, en la jerarquía de la estructura organizacional, se trata dela segunda línea de mando.

Los nuevos nombramientos en las direcciones adjuntas son: Luis Mier y Terán, en Información, Evaluación y Normatividad; José Antonio de la Peña , en Desarrollo Científico y Académico; Alejandro Mungaray Lagarda, en Administración y Finanzas; Ignacio Villagordoa, en Asuntos Jurídicos; Juan Álvarez —director provisional— en Grupos y Centros de Investigación, queda pendiente el nombramiento de la Dirección de Política y Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología.

En el ajuste realizado al equipo de colaboradores vale la pena notar algunos factores. Uno, el movimiento de personas que ya ocupaban una posición similar pero ahora lo harán en direcciones más técnicas y administrativas. Es el caso de Luis Mier y Terán y Alejandro Mungaray. El primero, al iniciar la administración, fue nombrado director del Sistema Nacional de Investigadores, cargo que ocupó hasta octubre de 2007, cuando ascendió a la Dirección Adjunta de Desarrollo Científico y Académico, al quedar vacante por la renuncia del entonces titular, José Antonio de la Peña , quien renunció para contender por la Rectoría de la UNAM.

Aunque, en realidad, el paso de Luis Mier y Terán por esa dirección fue ambiguo, pues se manejó como encargado de despacho y después en los comunicados apareció como titular, pero oficialmente, al menos públicamente, nunca fue ratificado. Ahora, en su nueva responsabilidad le corresponderá, por ejemplo, hacerse cargo de la integración, ejecución y evaluación del programa sectorial y de generar la estadística y los indicadores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.

También es el caso de Alejandro Mungaray, quien desde enero de 2007 ocupaba la Dirección Adjunta de Grupos y Centros de Investigación, instancia de la que dependen las políticas, la coordinación y el presupuesto para los centros públicos de investigación y los consorcios.

Ahora, en su nueva posición, le corresponderá administrar los recursos financieros, materiales y humanos de todo el Conacyt, así como la evaluación y seguimiento de los recursos del ramo para ciencia y tecnología (Ramo 38) del Presupuesto de Egresos de la Federación. Es la posición de los dineros; tal vez de mayor responsabilidad y confianza, pero también más administrativa.

Dos, el retorno de funcionarios que ya habían ocupado las mismas posiciones con anterioridad. José Antonio de la Peña fue nombrado en enero de 2007 director adjunto de Desarrollo Científico y Académico, después de nueve meses de ejercicio presentó su renuncia y tras medio año de separación del cargo, ahora regresa al mismo sitio.

Es la dirección de la que dependen las políticas y los programas de apoyo a la ciencia básica y aplicada, así como la coordinación del Sistema Nacional de Investigadores. Igualmente, el abogado Ignacio Villagordoa, hace poco más de una década había ocupado la dirección de asuntos jurídicos de Conacyt y ahora regresa a esa misma posición.

Tres, la dirección adjunta que permanece sin cambios es la de Formación y Desarrollo de Científicos y Tecnólogos. Silvia Álvarez Bruneliere conserva la titularidad del cargo desde la administración anterior. Es una dirección de la que dependen los programas de becas y el padrón de posgrados, por ejemplo.

Cuatro, los ajustes en la organización de Conacyt todavía no concluyen. En primer lugar, quedó vacante la dirección de política y cooperación internacional, y es provisional el nombramiento en la dirección adjunta de grupos y centros de investigación. Al parecer, más de un año ha sido insuficiente para armar y reestructurar el equipo de colaboradores. En segundo lugar, generalmente cuando cambia el titular también cambian las posiciones de los subordinados. Por último, los nuevos nombramientos deberán ser ratificados por la Junta de Gobierno de Conacyt, dado que la normatividad prevé que la junta, a propuesta del director, sea quien los designe.

El tiempo que lleva esta administración parece relativamente poco para los diferentes movimientos que se han registrado en los puestos de dirección de Conacyt. Y, por el contrario, parece demasiado para la simple elaboración del programa sectorial y también para continuar con un bajo perfil del organismo. No puede colegirse sino que están relacionados.