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Condominio tecnológico
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 261 [2008-02-21]
 

Todavía no se conocen con precisión los detalles del proyecto pero, al parecer, si es que se lleva a efecto, la denominación de “condominio” será la única diferencia respecto de otras iniciativas que se proponen más o menos lo mismos fines.

Se trata del proyecto “Condominio Tecnológico de Tijuana” impulsado por el Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana (un organismo empresarial de la entidad) y cuyo funcionamiento se prevé para el año 2011. Los medios locales informaron que el proyecto, en una primera etapa, ofrecerá servicios tecnológicos al sector productivo en áreas como metrología, automatización, polímeros, mecatrónica, eficiencia energética y materiales avanzados. Después, en una segunda fase, comenzará con investigación aplicada y, al final, en la tercera etapa, llegará a la formación de recursos humanos, a través de ingenierías, posgrados y diplomados. El costó del proyecto será relativamente modesto, pues se prevé que será alrededor de 260 millones de pesos, se ubicará en un terreno de cinco hectáreas cedido por el parque industrial El Florido, estará respaldado por instituciones académicas como el Instituto Tecnológico, la Universidad Tecnológica y la Universidad Autónoma de Baja California, y participarán, además de los empresarios, los gobiernos estatal y federal (Zeta, 15/02/08:44).

A pesar de que se mencionan todos los sectores que podrían estar interesados, resta por saber bien a bien de qué forma intervendrán, pues es relativamente frecuente que se invoquen solamente con fines ilustrativos y propagandísticos. Total, lo de hoy es la formación de redes, la corresponsabilidad social y la participación multisectorial. Pero, al final, la distribución de tareas se queda en los enunciados y los beneficios se concentran.

Por lo pronto, quedaron ciertos compromisos de aportaciones financieras: Conacyt 120 millones de pesos para equipamiento y el gobierno estatal 27 millones de pesos. Además, este último aportará un millón de pesos más para el diseño del proyecto —cuyo responsable será el actual director del Parque Industrial El Florido— e, incluso, anunció que cuando esté listo el diseño solicitará una ampliación presupuestal al Congreso con el fin de que las obras comiencen en este mismo año (elobservadordiario.com. 131208).

Lo que todavía no queda del todo claro es por qué denominar “condominio tecnológico” a una iniciativa que tiene características similares a lo que es un parque tecnológico. El término condominio, según el Diccionario de la Real Academia Española se refiere al “dominio de una cosa en común por dos o más personas”, o bien, a una propiedad que pertenece de manera colectiva a un conjunto de personas y puede ser o no divisible y con o sin cuotas de participación entre ellas.

Es posible que la denominación tenga su origen en el régimen de propiedad donde se ubicará el proyecto: el terreno de un parque industrial. Sin embargo, según Conacyt se trata de un concepto novedoso porque, a diferencia de un parque tecnológico, como los de Nuevo León y el Estado de México, no albergará un “Centro de investigación en su totalidad, es decir, con todas las áreas que lo integran, sino que incorporará áreas específicas de éstos ad hoc a las necesidades y demandas de la industria local y regional” (Boletín, 5/08).

Esto es, la diferencia novedosa es que el nuevo proyecto, respecto de las instituciones educativas, solamente incluirá las áreas de interés de la industria local y regional. Sin embargo, los rasgos principales que definen a un parque tecnológico, de acuerdo con la Asociación Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos (IASP, por sus siglas en inglés), es que se trata de organizaciones que buscan incrementar la riqueza de la región y promover la cultura de la innovación, así como fomentar la competitividad de las empresas y las instituciones generadoras de conocimiento instaladas o asociadas al parque (www.iasp.ws). Por esta razón se dice que este tipo de parques incentivan y estimulan el conocimiento y la transferencia de tecnología entre centros de investigación, universidades, empresas y mercados.

En última instancia, tal vez el nombre no sea lo más relevante, puede llamarse condominio o parque el nuevo proyecto, lo importante será la capacidad de innovación que muestre. Y en este terreno no debe olvidarse que uno de los componentes fundamentales para que todo funcione son los recursos humanos.

Pueden estar una inmensa área física aguardando a los edificios lujosos, la gran infraestructura, la inversión, las empresas nacionales o extranjeras, etcétera, pero si no se cuenta con los recursos humanos calificados para que verdaderamente sea una organización innovadora y productiva, todo será inútil. Los parques tecnológicos de India o Estados Unidos no son atractivos y famosos por sus edificaciones o las marcas, lo son por el flujo de conocimiento que generan y los recursos humanos que lo soportan.


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