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Confianza en las universidades
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 140 [2005-08-11]
 

Una buena noticia para el ámbito académico es el hecho de que la población en México todavía tiene confianza en sus instituciones universitarias. Según la encuesta nacional de julio sobre el nivel de confianza en las instituciones, llevada a cabo por Consulta Mitofsky, firma especializada en estudios de opinión pública, las universidades merecieron la calificación más alta del total de instituciones valoradas (www.consulta.com.mx).

La pregunta a la población mayor de edad fue muy sencilla: "Qué tanto confía en ... " y se mencionaron los nombres de más de una docena de instituciones. Quienes respondieron la encuesta le adjudicaron una calificación que iba de cero a diez (cero ninguna confianza y diez mucha confianza).

En ese sentido, las universidades obtuvieron un 8.1, les siguió la Iglesia y el Ejército, ambos con 7.7 de calificación; después la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Federal Electoral, los medios de comunicación, el presidente de la República y la Suprema Corte de Justicia, con 7.4, 7.1, 6.9, 6.2, 6.1, respectivamente. Quienes recibieron calificaciones reprobatorias fueron los empresarios (5.3), los partidos políticos (5.1), los senadores (5.0), la policía (4.9), los sindicatos (4.7) Y los diputados (4.5). Conviene notar los bajos puntajes para todos los casos, incluso en aquellos que son aprobatorios.

Aunque no sorprende la percepción que priva sobre las instituciones políticas y la policía, sí nos debería preocupar. Seguramente la opinión negativa descansa en los numerosos episodios que hemos atestiguado (directa o indirectamente) sobre la ausencia o parcialidad en la impartición de la justicia, en los escasos resultados que tenemos a la vista en torno a la seguridad, el comportamiento de los partidos políticos -más bien atentos a sus propios intereses- y a la pésima imagen pública que han proyectado ambas instituciones (a pesar de las insufribles campañas mediáticas que se han empeñado en mostrar lo contrario).

De ahí se sigue la desconfianza hacia la política y hacia los políticos. Sin embargo, como también es claro, no lograremos una gobernabilidad democrática si no contamos con un mayor y mejor marco institucional. Ya abordaremos en otra entrega esta vertiente del problema.

Los resultados según la identidad partidista de quienes respondieron la encuesta también revelan diferencias importantes. Quienes se identifican con el Partido Acción Nacional atribuyen mayor calificación a las universidades, al Ejército, al Instituto Federal Electoral, la Suprema Corte y, por supuesto, al presidente. Mientras que quienes simpatizan con el Partido Revolucionario Institucional otorgan una calificación más alta a la Iglesia ya los medios, 8.2 y 7.2, respectivamente. Por último, los ciudadanos que se identifican con el Partido de la Revolución Democrática, .en comparación con los dos anteriores, dan menores calificaciones (algunas décimas) al conjunto de instituciones.

No es la primera encuesta de consulta Mitofsky sobre confianza institucional. Desde el año pasado viene realizando periódicamente la encuesta y ahora lo hace por cuarta ocasión; pero los resultados no han variado de forma significativa.

Los partidos políticos, los legisladores, así como la policía y los empresarios han recibido una evaluación negativa en todos los casos (siempre abajo del 6). Solamente la Suprema Corte de Justicia pasó de una calificación de 5.7 el año pasado a 6.1 en este año. El resto de instituciones se han mantenido más o menos entre el 6 y 7 de calificación.

Una diferencia importante la encuesta de 2005 con las tres que realizó Consulta Mitofsky el año pasado es que en la actual se añadió por primera vez a las universidades. Pero habrá que aguardar a la siguiente encuesta para averiguar las variaciones de opinión, si es que las hay y comprobar el nivel de aprobación de las instituciones educativas. De cualquier forma conviene tener presente que se trata de una encuesta que expresa percepciones y no necesariamente es un indicador definitivo.

Sin embargo, algunos de sus resultados coinciden con lo que mostró la Encuesta Nacional sobre Creencias, Actitudes y Valores de los Maestros y Padres de Familia de la Educación Básica en México (Encrave) realizada por la Fundación Este País y cuyos resultados se dieron a conocer en abril por la revista de la misma fundación. Aparte de los inquietantes porcentajes que muestran la débil inclinación de los profesores por la legalidad (solamente un tercio de los profesores se pronuncia por el "respeto a la ley" como una obligación ciudadana y menos de la mitad considera que siempre se deben obedecer las leyes), en torno a la calidad que ofrecen las escuelas superiores en el país, los profesores le adjudicaron 7.5 de calificación.

En cuanto al respeto a las instituciones, los profesores adjudicaron mayor calificación a la Iglesia, seguida del Ejército y la SEP; los últimos lugares fueron para los empresarios y la policía.

La relativa confianza que se aprecia hacia la universidad es importante, sobre todo frente a otras instancias que le disputan el espacio como fuente privilegiada de formación y conocimiento, a la pérdida y deterioro de otras instituciones, y también frente al escenario de competitividad y eficiencia que se dibuja.

Es necesario que la universidad responda a las expectativas que genera y asuma su responsabilidad respecto a la sociedad. Mostrar y demostrar que vale la pena formarse en ella, buscar y alcanzar el conocimiento, el esfuerzo por la justicia social y que los recursos financieros que consume están bien empleados.


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