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Conocimiento experto
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 220 [2007-04-19]
 

Una buena parte de los medios en el mundo dieron cuenta de datos realmente preocupantes sobre el cambio climático en el planeta. La fuente de información es el segundo volumen del Cuarto Reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático: Climate Change 2007: Climate Change Impacts, Adaptation and Vulnerability. Lo relevante, sin embargo, no solamente es el cúmulo de cifras y el desolado panorama.

Las notas se concentraron, como era de esperarse, en los efectos presentes y futuros del calentamiento global, tales como el deshielo de los glaciares, el elevamiento de la temperatura de ríos y lagos, la alteración en los sistemas naturales y humanos, la desertificación, el cambio en los patrones de reproducción y migración de aves, etcétera. Otro tanto se documentó sobre lo que ya están haciendo algunas de las naciones más amenazadas en lo inmediato, como Holanda, Australia o Canadá. Y también sobre las regiones más vulnerables, como África u otras en desarrollo, que podrían sufrir los mayores desastres

La información del reporte es muy importante y concierne a todas las naciones. Sin embargo, aparte del contenido, también vale la pena advertir el esfuerzo y organización que alimenta un reporte de ese tipo. Es un ejemplo de la aportación del conocimiento experto a la comprensión de un problema grave y compartido mundialmente. Ojalá también lo fuera para solucionarlo.

En primer lugar, cabe subrayar que la preocupación por el problema no comenzó en este año o en el anterior. Desde 1988, hace ya casi dos décadas, dos organismos especializados en medio ambiente de Naciones Unidas: la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) decidieron crear el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). La encomienda para ese grupo fue la de "evaluar en términos exhaustivos, objetivos, abiertos y transparentes la mejor información científica, técnica y socioeconómica disponible sobre el cambio climático en todo el mundo" (www.ipcc.ch).

Según las reglas, la participación en la Mesa del IPCC está abierta a todos los integrantes de la OMM y el PNUMA, actualmente tiene 30 miembros y en ella están representadas todas las regiones del mundo. Además, el IPCC está compuesto por tres grupos de trabajo y un equipo especial sobre inventarios nacionales de gases de efecto invernadero. En estos grupos es donde se acuerdan los lineamientos de los documentos a realizar y los probables expertos que participarán en la elaboración de los mismos.

Los tres grupos de trabajo son: I) el de evaluación de los aspectos científicos del cambio climático, cuya contribución ya fue presentada el pasado mes de febrero en París, Francia ( "Climate Change 2007: The Physical Science Basis"). Sus datos duros constituyen la base sobre la que trabajan los dos grupos restantes. II) El de evaluación de la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales frente al cambio climático, así como las posibilidades de adaptación que existen. El producto de este grupo de trabajo es el que se presentó hace un par de semanas en Bélgica. III) El que examina las opciones que permitirían limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático. Sus resultados apenas se presentarán el próximo mes de mayo en Bangkok, Tailandia. En conjunto, los tres volúmenes formarán el 4to. reporte del IPCC.

En casi dos décadas, como se puede notar, esta forma de organización y participación ha producido cuatro reportes y cada vez con mejores indicadores y una mayor comprensión de la forma y efectos del cambio climático. Según las cifras del propio IPCC, en el 4to reporte participan 130 países, 450 autores, 800 colaboradores y 2,500 revisores científicos expertos. Un esfuerzo admirable.

Desafortunadamente, los informes del IPCC solamente aspiran a divulgar equilibradamente el conocimiento sobre el tema de referencia, carecen de fuerza legal y no tienen un carácter vinculatorio. De hecho, su 2do reporte de 1995 fue un insumo importante para las negociaciones del Protocolo de Kyoto pero, como se sabe, no ha logrado el compromiso de Estados Unidos.

Ojalá, como lo resaltó en su conferencia la recientemente nombrada doctora Honoris Causa por la UNAM, la profesora Juliana González, se imponga un cambio a una cultura ecológica por razones de existencia y de salvación de la vida. En ello, como se advierte, es una aportación relevante el conocimiento experto sobre el tema.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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