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¿Sistema Nacional de Compensación?
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm 177 [2006-05-18]
 

Un pequeño grupo de escritores parecía decidido a lograr su propósito: modificar el actual Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA). La idea era convertirlo en algo muy similar al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), particularmente en lo que se refiere al volumen y continuidad de los apoyos que otorga ese sistema. Finalmente, la semana anterior anunciaron que posponían su intento de reforma, dado que la problemática de Atenco es muy grave y "no es el momento político para hacer un planteamiento de esta naturaleza" (Reforma 13.05.06). A pesar de que se posterga la tentativa de cambio, la situación expresa una tensión latente entre actividades académicas y una competencia poco deseable, principalmente por las diferencias en los sistemas de valoración y apoyo.

La principal queja de los escritores es que el SNCA no es programa de subsidio permanente -excepto para los creadores eméritos- y cada tres años tienen que concursar por una beca. Esto es parcialmente cierto y no es la primera vez que se hace notar. Pero, efectivamente, existen tanto similitudes como diferencias entre el SNI y el SNCA. Por un lado, ambos programas fueron creados por decreto presidencial con el propósito declarado de incentivar los respectivos campos de actividad (las artes y la ciencia), instaurando complejos sistemas de evaluación del trabajo individual para distinguir con nombramientos (creador artístico o investigador nacional) y otorgar una compensación económica mensual adicional a quien ingresa a tales sistemas. Un principio de evaluación del trabajo individual y control con base en resultados que se extendió a prácticamente todas las actividades públicas desde comienzos de los años noventa. También una forma de mejorar el salario de investigadores y artistas sin pasar por alzas generalizadas.

Por otro lado, el SNCA fue creado el 3 de septiembre de 1993, casi una década después que el de investigadores. En sus primeras reglas de operación quedó establecido que habría dos categorías: la de creador emérito, cuyo incentivo era y es de 20 salarios mínimos mensuales (smm) con carácter vitalicio, y la de creador artístico en la que se otorgan 15 smm durante tres años. Una vez concluido ese periodo el creador tenía que esperar otros tres años más para volver a solicitar su ingreso. Posteriormente la condición de espera para postular para un nuevo ingreso se modificó y en las reglas de operación del año anterior se estableció que la espera solamente sería de un año. El SNI tiene cinco categorías: candidato a investigador con 3 smm; nivel I con seis smm; nivel II con 8 smm; nivel III con 14 smm; e investigador emérito también con 14 smm.

El problema quizás no solamente es la continuidad de los incentivos para los creadores. El número de beneficiarios es notoriamente diferente entre el SNCA y el SNI. En el primer año de operación regular del sistema de creadores, aceptó a 324 integrantes; el año pasado se tenía como meta alcanzar a 416 creadores (de los cuales más de medio centenar son eméritos). Esto es, en más de una década prácticamente se ha mantenido en el mismo volumen. El SNI, por su parte, pasó de 1,396 a 11,500 miembros entre 1984 y el año anterior; se multiplicó por un factor de 8.

De cualquier forma, aunque el SNI es un sistema más amplio, no es masivo (solamente considérese las cifras de personal académico en las instituciones de educación superior). Pero tal vez el volumen tampoco es el mayor problema y no se puede diseñar un sistema del tamaño de la población total. La gran dificultad es que, por una parte, el SNI se ha convertido en un circuito de acceso no solamente a un incentivo económico mensual sino a redes de financiamiento, comisiones dictaminadoras, formas de publicación, infraestructura, etcétera. Una distinción. Por otra parte, ante los bajos salarios tabulares, la beca que otorga el SNI no es -y probablemente nunca lo fue- un incentivo extra al salario, en realidad se convirtió en parte sustantiva del mismo.

En este sentido el SNI ha sido un referente y blanco de otras actividades en competencia. Hace tres años, en la ceremonia del día de maestro en la UNAM, la profesora Juliana González, proponía crear un Sistema Nacional de Maestros de Educación Superior, ante el desequilibrio en su reconocimiento y cierto menosprecio por la actividad docente. La opción no es extender el modelo de los investigadores a los creadores o a los profesores -ya se ha comprobado que el modelo unitalla no es la mejor solución- sino reducir el peso de los incentivos en las percepciones salariales y la variabilidad del complejo sistema de evaluación que tenemos. Un sistema atento a diferenciar a quien trabaja de quien no lo hace, pero sobre todo preocupado por mejorar el desempeño de la actividad -no las percepciones salariales- e incentivar a quien se empeña en hacer bien su trabajo.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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