Apenas habían transcurrido 10 días desde su toma de posesión como Presidente de la República cuando Vicente Fox Quesada anunció, en la ceremonia de toma de protesta de Miguel Ángel Correa Jasso como director general del Instituto Politécnico Nacional, que estaba dispuesto a promover la autonomía de esa institución. Al concluir su discurso, en el que ponderaba la importancia del IPN para impulsar la generación de tecnología en México, Fox manifestó: “Espero que éste sea el último nombramiento que el gobierno federal haga de un director del Politécnico, porque vamos a proponer su autonomía para que sea la propia comunidad educativa la que decida su destino y quien conduzca el avance hacia ese destino.” (Presidente Vicente Fox Quesada, Discursos, 12 de diciembre de 2000). Entrevistado al término del acto, el director entrante declaró a los medios que se comprometía a impulsar la iniciativa de autonomía, pero también matizó que “no es cosa de vida o muerte o algo que tenga que salir de inmediato” (El Universal, 13 de diciembre de 2000). Correa Jasso apuntó también la necesidad de una amplia consulta al interior del Politécnico para establecer una postura consensuada. Tal consulta tendría lugar en el segundo semestre de 2001 a través de una serie de foros en las escuelas del IPN.

En febrero de 2002, un diario de la capital reportó: “La comunidad del IPN rechaza posible autonomía”. La nota cita a Correa Jasso señalando que “la comunidad politécnica considera que la autonomía es sinónima de libertinaje y huelga, como el demonio que conspira en contra de la estabilidad institucional.” También se menciona la propuesta de impulsar la figura jurídica de la descentralización de la SEP para conseguir un mayor grado de independencia financiera y de gestión y la demanda de que el IPN pudiera retener ingresos extraordinarios en lugar de remitirlos a Hacienda, como se hacía hasta ese entonces. (La Crónica de Hoy, 2 de febrero de 2002).

En 2003 el doctor José Enrique Villa Rivera fue electo director general del IPN. El mismo año, la ley de ingresos para el ejercicio fiscal 2004, aprobada por el Congreso, facultó al organismo para asimilar los denominados “recursos autogenerados” al ejercicio presupuestal del año, tal como hacía en las universidades pública autónomas. La medida venía a resolver uno de los cuellos de botella identificados por la falta de autonomía.

En el marco de la sucesión presidencial de Vicente Fox Quezada a Felipe Calderón Hinojosa, se entrevistó al director Villa para conocer la postura que presentarían las autoridades del IPN al presidente electo a propósito de la autonomía. Villa declaró “Somos un organismo prácticamente autónomo; el Politécnico es autónomo en todo el esquema académico. No le pedimos permiso más que a los órganos colegiados internos. Son ellos lo que definen la vida académica de la institución.” En la misma entrevista, Villa reconoció: “Tenemos algunos problemas de corte administrativo, en términos de esta flexibilidad para el uso de los recursos, y efectivamente el director general del Politécnico sigue siendo nombrado por el Presidente de la República.” El director concluyó la entrevista con un enigmático “Yo siempre he dicho que cuando es poco el amor para qué desperdiciarlo en celos.” (Portal UNIVERSIA. Entrevista concedida por el Director General del IPN, 26 de octubre 2006). De esta somera revisión puede inferirse que la principal resistencia a una posible condición de autonomía del IPN proviene de la postura institucional al respecto. Probablemente un factor sea el cálculo de las autoridades sobre las implicaciones de quedar al margen de la organización del sistema educativo tecnológico. Hay otra posible explicación: con la autonomía se abren posibilidades para un desarrollo sindical independiente del SNTE.

En el actual conflicto de los estudiantes con las autoridades del IPN a propósito de la formulación del proyecto de Reglamento Interno, aprobado por el Consejo General Consultivo del IPN el pasado 24 de septiembre, el tema de la autonomía del IPN ha entrado en la agenda de discusión de la Asamblea General de Estudiantes, aunque todavía no figura, con claridad, entre las demandas formuladas. Depende de los derroteros del movimiento que la perspectiva de la autonomía tome cuerpo o no en ese marco. Podría ocurrir si el conflicto no se disipa en los próximos días.