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CyT: 2014, la hora de la implementación y los resultados
Alejandro Canales Sánchez
Campus Milenio Núm. 543, pp.8 [2014-01-16]
 

El primer año de la administración actual transcurrió entre la celebración de Pacto por México y la aprobación de las grandes reformas. Un primer paso, importante, grande, pero solamente fue el comienzo. Fue el momento de la política, los acuerdos, la disuasión, el diseño, la norma y la proyección. Ahora toca el turno de la puesta en marcha, de llevar las iniciativas a la realidad; es la hora de los ajustes con la rugosos marcos institucionales y la recepción de las medidas. En el campo de la ciencia y la tecnología, a diferencia del educativo y otros, no hubo una reforma constitucional ni un cambio normativo mayor. Y seguramente, con excepción de una eventual reforma al Sistema Nacional de Investigadores, no habrá grandes cambios a la norma en este periodo. Sin embargo, el tema sí formó parte de los acuerdos y del Pacto.

El gasto para IDE

Al inicio del actual gobierno, uno de los compromisos del Pacto por México fue precisamente el financiamiento para la ciencia y la tecnología. En el documento suscrito por el gobierno y las principales fuerzas políticas quedó asentado como el compromiso número 46: “Se dará cumplimiento a la Ley de Ciencia y Tecnología con el objeto de incrementar el financiamiento para la investigación científica y el desarrollo tecnológico, a fin de alcanzar, de manera gradual, una inversión del uno por ciento del PIB. El incremento presupuestal iniciará en el presupuesto 2013. Complementariamente, se incentivará la participación intensa de los sectores productivos en la investigación científica”.

En efecto, el presupuesto del 2013 inició con un incremento para la actividad científica y tecnológica, con una redistribución del presupuesto en el ramo 38, no del volumen que se había presumido, pero incremento al fin (alrededor de 7 mil millones de pesos). El presupuesto para este año también incluyó un incremento relativamente similar al del año anterior, así que probablemente para los próximos años, si la economía y el tema de la seguridad nacional no dicen otra cosa, veremos incrementos similares para la actividad científica y tecnológica.

Las cifras oficiales del 2011, las más recientes disponibles, indican que, en términos corrientes, el gasto nacional para ciencia y tecnología es del orden de 112 mil millones de pesos (mmdp). Recuérdese que el gasto nacional se integra por el sector público (federal y estatal) y sector privado (sector productivo, sector externo y familias). Del total del gasto nacional, alrededor de 58 mmdp, (52 por ciento) es aportación del sector público y la parte restante del sector privado.

A su vez, del total del gasto nacional de ciencia y tecnología, casi 66 mil millones de pesos (59 por ciento) son de Gasto para Investigación y Desarrollo Experimental (GIDE), otros 25 mmdp son para educación de posgrado (23 por ciento) y otros 20 mmdp para servicios científicos y tecnológicos (18 por ciento).

La distribución y los montos del presupuesto es importante porque el compromiso establecido en el Pacto por México, lo que está planteado como objetivo en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y también en el actual programa sectorial de educación se refieren al GIDE, no al Gasto Nacional. Actualmente, los casi 66 mmdp de GIDE se integran por un 60 por ciento de participación de gasto público (alrededor de 39 mil mmdp) y un 40 por ciento de gasto privado (alrededor de 26 mmdp). A su vez, el monto total del GIDE representa alrededor del 0.43 por ciento del PIB. Es decir, para llevar a efecto lo que se planteó como compromiso el actual gobierno en materia de inversión, se deberá más que duplicar el volumen actual.

Si el PIB se mantiene en su volumen actual, el gasto del sector público se debería incrementar más o menos en unos 10 mmdp en cada uno de los próximos cuatro años. Al mismo tiempo, la participación del sector privado tendría que sostenerse e incrementarse anualmente en alrededor 6 o 7 mmdp. Las cifras no parecen imposibles de alcanzar, pero en el diseño del presupuesto de este año veremos si el esfuerzo se sostiene o no. También, con la difusión de los resultados completos de la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo de Tecnología (ESIDET) del 2012, la de este año y las subsecuentes, podremos valorar la participación del sector privado.

Nuevas plazas de investigador

El presupuesto autorizado para este año, incluye un monto para la creación de plazas de investigador. A pesar de las disposiciones de austeridad y control de gasto, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de este año hizo una salvedad en su fracción primera de su artículo 16: “Para el caso de las plazas de investigadores y personal técnico de investigación que se creen a partir de los recursos que tenga aprobados el Ramo 38 para este fin, éstas se concursarán bajo los lineamientos que para tal efecto apruebe la Junta de Gobierno del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. El personal contratado en términos del párrafo anterior podrá prestar servicios de investigación y docencia en las instituciones educativas y de investigación, según se determine en los lineamientos referidos y en las disposiciones jurídicas aplicables, manteniendo la relación laboral con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”.

En el anexo correspondiente del PEF quedó aprobado un monto de 550 millones de pesos para nuevas plazas de investigación. Todavía no se conocen las disposiciones de la junta de gobierno de Conacyt, pero lo que parece claro es que no se trata de posiciones laborales con características similares a las que están actualmente en operación en los centros y universidades públicas. Después de aprobado el PEF, el director de Conacyt precisó algunos de los rasgos de lo que serán las nuevas plazas. Dijo, por ejemplo, que se trata de 500 Cátedras para Jóvenes investigadores, las cuales serán de tiempo completo en un centro de investigación o universidad. Los aspirantes deberán contar con estudios de doctorado, ser propuestos por una institución académica, con una edad máxima de 40 años en el caso de los hombres y de 43 en las mujeres.

Esta será una iniciativa que deberá ser puesta en marcha en este año, toda vez que los recursos ya están aprobados y de que el mismo director de Conacyt, Enrique Cabrero, anunció que en este mes saldría la convocatoria. Al parecer será un programa con diferentes etapas, en esta primera solamente participarán los centros de investigación y las universidades públicas, así que tal vez posteriormente se haga extensivo a las instituciones particulares.

Uno de los aspectos que hacen la diferencia de las nuevas plazas, respecto de las que ahora están en operación las instituciones académicas, es que las primeras serán controladas directamente por Conacyt, quien fungirá como responsable laboral y las plazas tendrán su propio sistema de ahorro y retiro dentro de los centros de investigación y universidades. No obstante, también se prevé que una vez firmados los respectivos convenios con las instituciones académicas para que ofrezcan los espacios necesarios y transcurridos entre cinco y siete años, las instituciones académicas podrán contratar a los investigadores ya consolidados.

Las estimaciones actuales señalan que en las instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, así como en centros de investigación y en el sector empresarial, se desempeñan alrededor de 48 mil personas con nivel de posgrado (Anexo del Primer Informe de Gobierno de EPN, p. 256). Al mismo tiempo, el total de investigadores nacionales sumaban el año pasado 19 mil 747 personas. Si el programa de nuevas plazas se sostiene y se expande, al menos bianualmente, sí podría tener un impacto relevante en el número de investigadores en el país. Por lo pronto, esperemos la hora de la implementación, con la emisión de la convocatoria, los lineamientos de la junta de gobiernos y la firma de convenios con las instituciones académicas.

Por otra parte, en julio de este año se cumplen 30 años del decreto de creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Aunque el Sistema ha tenido modificaciones importantes a lo largo de sus tres décadas, principalmente en la organización de sus comisiones de evaluación, la inclusión de mecanismos de revisión y algunos de los componentes de evaluación, la estructura y funcionamiento del Sistema ha permanecido relativamente intacta.

Después del primer y único congreso de miembros del SNI realizado en 2010 que anunciaba una reforma profunda, no ocurrió ningún cambio. El asunto es controvertido y son muchos los detractores del Sistema, pero también o superiores sus apologistas. Ahora, por las declaraciones del director de Conacyt y del presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, tal parece que vuelve la idea de un cambio profundo. Es un tema que amerita un tratamiento especial, el cual retomaremos en las próximas semanas, por ahora solamente indiquemos que este año, y tal vez a partir de julio, será clave para una modificación importante del SNI.

Los problemas nacionales

Un último asunto que también entrará en su fase de implementación en este año es la atención a los grandes problemas nacionales. Por una parte, el director de Conacyt anunció que se emitirá la convocatoria de investigación correspondiente, similar a la que se emitió el año pasado, dirigida a tal tipo de problemas. Lo cual incluye temas como biotecnología, cambio climático, energía, salud, asentamientos humanos, educación, entre otros. Por otra parte, también está el programa dirigido a vincular la empresa y las instituciones de investigación, el cual pasó de 3 mil millones de pesos el año pasado a 4 mil millones para este año.

Además, también está previsto para este año la puesta en marcha de siete proyectos macro estratégicos: 1) alimentación; 2) salud; 3) manufactura avanzada; 4) energías renovables; 5) sustentabilidad y adaptación al cambio climático; 6) diseño, desarrollo y aplicación de Tecnologías de Información y Comunicación y 7) políticas públicas para el desarrollo de México.

Se supone que tales proyectos serán definidos principalmente por los titulares de los Centros Públicos de Investigación y se desarrollarán a lo largo del actual sexenio, sobre todo con la idea de aportar solucions a los grandes problemas nacionales. Al mismo tiempo, según anunció el titular de Conacyt, los macro proyectos estarán alienados con el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Seguramente, tales proyectos también ingresarán en el plan de cooperación con países de la Unión Europea a través del Programa Horizonte 2020.

En fin, aunque el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018 todavía no se conoce (está previsto para el próximo mes de abril), este 2014 marcará la hora del encuentro con la realidad y los primeros resultados. El programa sectorial seguramente no irá en sentido inverso. ¿O sí? Ya lo veremos.


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