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Reforma de la Normal ¿continuidad o cambio? Primera parte
Roberto Rodríguez Gómez
Campus Milenio Núm. 503 [2013-03-21]
 

Al final del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se proyectó la reforma curricular de la Normal. Tal reforma abarca, por lo pronto, la formación docente para preescolar y primaria. Cumplida la fase de experimentación y piloteo del nuevo marco curricular, se inicia este año la reforma en la gran mayoría de las normales. Además, se prevé desarrollar de inmediato el proceso correspondiente al programa para profesores de secundaria. Las actuales autoridades educativas han recalcado que la transformación de la Normal es un aspecto toral de la reforma educativa; que sin solidificar la primera resultaría difícil alcanzar los propósitos de la segunda y, lo más importante, que se tiene previsto continuar la ruta establecida en la administración previa. Se apunta a la continuidad de enfoques y habrá que ver qué modificaciones se desarrollan en este sexenio.

En la actualidad la matrícula en escuelas normales suma, aproximadamente, 130 mil estudiantes, de los cuales cerca de 100 mil en instituciones públicas (445) y el resto en privadas (184). La tendencia de crecimiento es negativa: en el ciclo 1999-2000 se encontraban inscritos poco más de 215 mil alumnos en 607 instituciones. A partir de entonces, en forma gradual pero sostenida, ha venido disminuyendo tanto la matrícula como el total de establecimientos. Aún con el cambio de escala que representa la disminución de escuelas y estudiantes en el sistema, lo cierto es que la necesidad de mejorar la formación de los nuevos maestros para la educación básica se ha advertido, desde hace tiempo y cada vez con mayor acento, como un prerrequisito para elevar la calidad de la educación básica del país.

La larga marcha de la reforma de la Normal

En torno a la educación normal han convergido varios procesos de cambio, de distinta temporalidad, con diferentes enfoques, no necesariamente articulados entre sí. Como un primer antecedente relevante se debe citar el Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académicos de las Escuelas Normales, el PTFAEN planteado durante la administración de Ernesto Zedillo. El PTFAEN se inició en 1996 y se proponía alcanzar cuatro objetivos: la transformación curricular; la actualización del personal docente de las normales; la elaboración de normas de gestión institucional y la regulación del trabajo académico; y el mejoramiento de la planta física y equipamiento de escuelas normales.

De los cuatro objetivos sólo uno sobrevivió como tal al cambio de sexenio: la transformación de los procesos de planeación y gestión institucionales. Así, durante la presidencia de Vicente Fox Quesada, se planteó el Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas (PROMIN). Este programa se inició en 2002 en todo el territorio nacional, al mismo tiempo que se desarrollaban, en el subsistema de educación superior universitaria, los procesos de planeación estratégica articulados en torno al Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI).

En 2005, en el marco de la reestructuración administrativa de la SEP, se transfirió la coordinación de la educación Normal a la nueva Subsecretaría de Educación Superior. Previamente dicha coordinación formaba parte de la Subsecretaría de Educación Básica y Normal. El mismo año se estableció la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), con la encomienda específica de hacer avanzar el proceso de reforma de las normales.

La primera acción relevante de la DGESPE consistió en reencauzar el PROMIN para que éste fungiera, en lo sucesivo, como un marco de referencia que orientase los Programas Estatales de Fortalecimiento de la Educación Normal (PEFEN). Es decir, un programa común orientador de 31 programas estatales —el Distrito Federal se mantiene aún en la órbita federal—, cada cual enfocado a las necesidades particulares de la entidad federativa correspondiente, así como a los requerimientos del grupo de instituciones locales.

Hasta la fecha el PEFEN se desglosa en dos grandes componentes: el Programa de Fortalecimiento de la Gestión Estatal (PROGEN) y el Programa de Fortalecimiento de la Enseñanza Normal (PROFEN). El primero está enfocado a la mejora de la gestión de las escuelas, mientras que el segundo busca incidir en el mejoramiento del trabajo académico. Las entidades solicitan recursos para las escuelas normales a través de este mecanismo y los proyectos autorizados obtienen financiamientos bianuales.

Por otra parte, a partir de 2007 se plantearon programas de actualización de la planta académica en las áreas de matemáticas, lenguaje e historia. Estos programas vinieron a complementar las acciones de actualización magisterial pactadas entre la SEP y el SNTE desde el sexenio de Fox. En 2008 se inició la evaluación externa de programas mediante la colaboración de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior. En 2009 se incorporó el sistema de normales al Programa de Mejoramiento del Profesorado de Educación Superior (PROMEP), tanto en la vertiente de estudios de posgrado, como en la de integración de cuerpos académicos disciplinarios. El mismo año inició el Sistema Nacional de Planeación de la Educación Normal, así como el Programa para Mejorar el Desempeño de los Estudiantes.

La vertiente de aproximar los procesos de transformación de la educación Normal a las políticas de desarrollo de la educación superior quedó resuelta, por supuesto que apenas en fase inicial, mediante las pautas indicadas. Quedaba pendiente lo más importante: reformar los contenidos y el enfoque pedagógico de la formación de maestros. A eso se avocó la SEP en 2011-2012. Lo comentaremos la próxima semana.


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