Tenía previsto dedicar esta columna a comentar el informe presidencial en relación con la marcha de la educación superior en México. Pero como en el mensaje político leído por el primer mandatario no se tocó el tema universitario, y como el documento escrito no va más allá de un somero recuento de datos generales, me pareció interesante recoger una nota que pasó más o menos inadvertida en la prensa nacional, la reciente incorporación de la Universidad Hispanoamericana al sistema internacional coordinado por la compañía Laureate Education, antes Sylvan Learning Systems, con sede en Baltimore y presencia en México a través de la Universidad del Valle de México.
En su reporte financiero del segundo semestre de 2004, dado a conocer el 27 de junio pasado, la empresa estadounidense anunció la adquisición de la Universidad Hispanoamericana (UH) “una universidad completamente acreditada, ubicada en Ecatepec, suburbio de la Ciudad de México”, según el boletín de prensa de la firma.
Días antes, el 17 de junio, se celebró la ceremonia de integración entre la UVM y la UH, con presencia de las autoridades de ambas instituciones y una representación oficial del municipio de Coacalco. En su alocución, el ingeniero Ralf Peters Castilla, director general ejecutivo de UVM, señaló que “gracias a que la UH ha demostrado un excelente liderazgo es que se ratificó en su puesto al Rector y a todo su personal”. Añadió que “las colegiaturas no sufrirán modificaciones y se mantendrán los programas cuatrimestrales.”
Poco después, en agosto de 2004, el sitio Web de la UVM comentó la operación mediante la siguiente comunicación: “La Universidad del Valle de México dio a conocer que, mediante la suscripción de un acuerdo, la Universidad Hispanoamericana (UH) pasó a formar parte de esa institución y de la red mundial Sylvan, formada por universidades de la Unión Europea, Centro y Sudamérica. Los jóvenes que actualmente estudian en la UH recibirán diversos beneficios, entre los que destaca la posibilidad de participar en intercambios académicos que les otorgarán una visión global, experiencia internacional y una formación académica de clase mundial”.
Un incentivo adicional para los estudiantes de la UH en la nueva alianza, es la llamada “opción cero” de titulación, mediante la cual se permite que “quienes concluyen una licenciatura obtengan su título únicamente con cubrir la totalidad de créditos, realizar el servicio social y acreditar un segundo idioma.” El 1ro. de septiembre dieron inicio las clases de una nueva generación que, como reitera el boletín difundido por la UH, “también se integran a la Universidad del Valle de México y a Sylvan International Universities.”
La Universidad Hispanoamericana atiende aproximadamente tres mil estudiantes en cinco escuelas, ciencias administrativas, derecho, informática, ingeniería y psicopedagogía. Una tercera parte del total se ubican en carreras del área administrativa, en la que se cubren las principales disciplinas del ramo. En octubre del año pasado consiguieron la “acreditación simple y llama” que otorga la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) a las universidades que cumplen a cabalidad con los requisitos de acreditación institucional definidos por el organismo. Mediante esta acreditación la universidad está en condiciones de optar por la “simplificación administrativa” negociada entre la FIMPES y la SEP en el marco del Acuerdo 276 (Título IV, artículos 43 a 46) que establece los requisitos del Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE) para los programas de educación superior de las instituciones particulares. Podrán también participar en la acreditación de programas dentro del esquema regulado por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES).
En los cuarteles generales de Sylvan están contentos con la noticia. Como lo declaró Douglas Becker, uno de los principales ejecutivos de la corporación, “hacia 2005 es claro para nosotros que los nuevos campus de la UVM, así como el acelerado crecimiento de la división de educación superior en línea, jugarán un importante papel en el crecimiento general de nuestro negocio.”
Al parecer todos salen ganando. La UVM consigue nuevas posibilidades de expansión, la UH resuelve su problemática financiera sin tener que sacrificar ni sus cuadros académicos directivos, ni su base de profesores y trabajadores administrativos. Para los estudiantes de esta universidad se abren oportunidades de movilidad internacional, el currículum permanece sin mayores cambios, excepto quizás la exigencia de adquirir mayores competencias en inglés y cómputo, según la “filosofía” de Sylvan.
En todo caso, los riesgos están en el comportamiento futuro de la transnacional que comanda el proceso de integración. Si Laureate decide, por cualquier motivo, liquidar sus operaciones en México –como lo hizo en la India por la presión del gobierno para aceptar las normas de otorgamiento de becas, o como también lo hizo con la división que operaba las franquicias Wall Street de enseñanza de inglés-, se abriría una problemática no fácil de resolver.
Aparte de eso llama la atención el silencio de las autoridades educativas al respecto ¿les parece bien? ¿les parece mal? ¿no importa? ¿no existe?
