La semana anterior se realizó una reunión denominada "Encuentro Internacional sobre Tecnología y Conocimiento" en Monterrey, Nuevo León. En las conclusiones de tal encuentro, según lo reporta el boletín de la SEP, se resalta lo que se ha reiterado en la discusión sobre la llamada sociedad del conocimiento: está en marcha un nuevo modelo productivo, educativo y cultural cuya base principal es el conocimiento. Por tal razón, concluyeron los participantes de la reunión, las naciones deben generar políticas públicas para desarrollar la sociedad del conocimiento, para crear naciones más equitativas, en donde los recursos humanos calificados serán elemento clave y por tanto la educación jugará un papel imprescindible, los profesores serán los agentes centrales del cambio y la población en general deberá participar. Hasta ahí nada novedoso en los planteamientos, sin embargo, al menos dos factores resultaron notables en la realización del encuentro.

En primer lugar, los objetivos. No aparecen por ningún lado cuáles eran los propósitos de la reunión. Ni en el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) que es uno de los organizadores, ni tampoco el boletín de la SEP que reportó el acto de inauguración mencionan qué finalidades se perseguían con el encuentro.

No hay duda de que las tecnologías de la información y la comunicación o la discusión sobre la sociedad del conocimiento son temas importantes. Sin embargo, es necesario precisar qué se busca al abordarlos. Los resultados pueden ser muy diferentes en uno u otro caso. Por cierto, en el debate se dice que más vale hablar en plural, hablar de "sociedades del conocimiento", para dejar en claro que no estamos ante la inminencia de un solo tipo de sociedad ni todas las naciones están en las mismas circunstancias ante el conocimiento. Un aspecto que vale la pena recuperar.

La parte más difundida en la prensa fue la asistencia del expresidente estadounidense Bill Clinton que se presentó como orador principal y se pronunció por abatir el "muro tecnológico", alentar la inversión en educación y recuperar el potencial de los jóvenes. No obstante, la presencia de una personalidad no es suficiente para marcar la agenda.

Tal vez el encuentro sea la primera actividad pública de la asociación denominada Academia Internacional sobre Tecnología y Conocimiento (AiTyC), un grupo constituido formalmente el año pasado por una docena de personas provenientes de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Honduras y México. Según sus propias declaraciones, buscan promover la incorporación de las tecnologías para gestión del conocimiento en la región latinoamericana y el Caribe (www.aityc.net). El presidente de la academia es Germán Escorcia y el presidente honorífico es David de la Garza, este último titular del ILCE, entidad convocante del encuentro.

En segundo lugar, el sitio en el que se realizó el encuentro. Por un lado, cada vez es más frecuente la organización de eventos académicos de gran escala, nacional o internacional, fuera del Distrito Federal. Lo contrario era lo común hace poco más de una década y esto era así tanto por la fuerza centrípeta de la organización política del país que tendía a concentrar todas las actividades relevantes en la capital federal como por las dificultades de infraestructura y logística en los estados. Actualmente, varias ciudades en el interior del país tienen el potencial y la capacidad sobrada para organizar y realizar reuniones de diferente naturaleza. La ciudad de Monterrey desde hace tiempo ha consolidado un importante sector industrial y de servicios, tiene un alto índice de urbanización, sostiene un alto nivel de intercambio comercial y concentra una de las mayores ofertas educativas de nivel superior. Ya es un punto de referencia.

Por otro lado, tampoco se debe soslayar el perfil de los actuales funcionarios de la actual administración. Una buena parte del gabinete proviene de las entidades federativas y, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, conservan lazos con sus respectivos equipos de trabajo en sus lugares de origen. El titular del ILCE, David de la Garza, anfitrión y co-convocante del encuentro, es de Monterrey, Nuevo León. El secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, participante en el encuentro, también es de la misma entidad. En este sentido, no debe sorprender la selección del sitio.

Además, cabe recordar que en septiembre del año próximo, Monterrey será sede del Fórum Universal de las Culturas. Otro encuentro de grandes proporciones que le seguirá al que se realizó en el 2004 en Barcelona, pero el de 2007 tendrá como tema central el papel del conocimiento como generador de desarrollo. En la misma línea que el encuentro.

Ya veremos si próximamente se aclara la agenda y los lugares en los que se discutirá.