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Educación, empleo e ingreso en el Censo de Población 2010
Héctor Ramírez del Razo
Campus Mileno Núm 409 [2011-03-31]
 

El Censo de Población 2010 aporta vasta información acerca de la correlación entre educación, empleo e ingreso. Los datos muestran la realidad mexicana: casi 7 por ciento de la población mayor de 15 años es analfabeta y 56.1 por ciento tiene estudios de nivel básico; sólo 19.3 por ciento realizó estudios de nivel medio superior y apenas 16.5 por ciento reportó haber cursado al menos un año de estudios superiores.

Cabe recordar que la tasa de población con estudios superiores es de 28 por ciento como promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), rebasando niveles de 40 por ciento en el caso de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Japón. En Canadá casi la mitad de la población mayor de 25 años tiene estudios de nivel superior. Eso significa que 44 millones 13 mil 899 mexicanos mayores de 15 años tienen estudios parciales o concluidos de educación básica y 5.4 millones más carecen de educación escolar (cuadro 1).

Muchas preguntas saltan a la vista: ¿qué tipo de empleos u ocupación puede ofrecer un país en el cual 63 por ciento de la población mayor de 15 años (78.4 millones) tiene una formación educativa como la descrita?; ¿qué estructura productiva corresponde a una nación en esas condiciones?; ¿a qué niveles de remuneración, consumo y bienestar puede aspirar la población con esos niveles de escolaridad?; ¿cuál es la capacidad tributaria real de casi 50 millones de mexicanos con un nivel educativo incipiente o en franco rezago?; ¿a qué tipo de “inserción en la sociedad del conocimiento” puede aspirar ese amplio sector de mexicanos?

El propio Censo se encarga de darnos algunas respuestas. En 2010 la población ocupada en México fue de 42 millones 699 mil 571 personas, mayores de 12 años.

De ese total, 3.8 por ciento (1.6 millones de personas) conforman el estrato de “funcionarios, directores y jefes”; 17.3 por ciento (7.5 millones) son “técnicos y profesionistas”; 16.7 por ciento (7 millones) son “trabajadores en actividades elementales y de apoyo”; 14.5 por ciento (6.2 millones) son “comerciantes, empleados en ventas y agentes de ventas”; 12.2 por ciento (5.2 millones) son “mecánicos y trabajadores industriales y artesanales”; 10.6 por ciento (4.5 millones) “trabajadores en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca”, y 10 por ciento (4.3 millones) son “operadores de maquinaria industrial, ensambladores, choferes y conductores de transporte”, principalmente.

La información censual muestra una elevada proporción de los mexicanos se ocupa con remuneraciones muy bajas, como también evidencia la polarización entre un pequeño porcentaje de trabajadores de altos ingresos, frente a un amplio porcentaje con remuneraciones precarias (cuadro 2).

Casi 3.4 millones de personas (7.8 por ciento del total) laboran sin percibir remuneración, principalmente debido a que se ocupan en la unidad económica familiar y son trabajadores o ayudantes de tiempo parcial; 3.6 millones (8.3 por ciento) perciben hasta un salario mínimo; 9.1 millones (21.4 por ciento) percibe entre uno y dos salarios mínimos, y 8.9 (20.8 por ciento) ganan de dos y tres salarios mínimos.

En suma, el Censo registra que 58.3 por ciento de los trabajadores (casi 25 millones de mexicanos) percibe remuneraciones inferiores a tres salarios mínimos (menos de 5 mil pesos al mes) o labora sin recibir ingreso. No alcanzan el umbral de los mágicos 6 mil pesos planteados por el secretario de Hacienda.

En contraste, casi 1.9 millones de personas (4.4 por ciento del total de la población económicamente activa, PEA, ocupada) perciben remuneraciones superiores a diez salarios mínimos.

El panorama es aun más desolador al observar la situación que enfrentan las entidades federativas, confirmando lo señalado por numerosas instituciones académicas y especialistas: las regiones cuya población sobrevive con los empleos más precarios corresponde a aquellas con los mayores rezagos educativos. Y, en efecto, la proporción de población ocupada que percibe menos de tres salarios mínimos o no percibe ingresos por su participación en la actividad económica, alcanza niveles de 79.3 por ciento en Chiapas; 72.1 por ciento en Tlaxcala; 71.4 por ciento en Guerrero y Yucatán; 71.3 por ciento en Oaxaca y 70.2 por ciento en Puebla.

Por el contrario, las entidades cuya población tiene mayores niveles de escolaridad son aquellas con mayor proporción de ocupados cuyos ingresos superan los diez salarios mínimos: Querétaro (8.5 por ciento); Distrito Federal (8.4 por ciento); Baja California Sur (8.4 por ciento) y Nuevo León (7.0 por ciento). Los primeros tres casi duplican el promedio nacional.

Cuadro 1.


Cuadro 2.


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Last modification: April 29 2020 11:44:32.  

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